La decisión tomada por una mayoría en el Congreso Paraguayo de destituir a la Senadora Kattya González ha desencadenado una ola de indignación y protestas en todo el país. Los últimos dos días han visto manifestaciones multitudinarias lideradas por jóvenes, condenas unánimes de diversos sectores productivos y un fuerte pronunciamiento de la Iglesia Católica, que ha hecho resonar su mensaje en todos los templos de la República.
La reacción popular es un reflejo de la profunda insatisfacción con el gobierno actual, encabezado por el presidente Peña, quien asumió el cargo con el respaldo de solo el 26% del electorado paraguayo. Este hecho, sumado a las sospechas de que la decisión de destituir a González fue tomada en Mburuvicha roga, la residencia presidencial, ha exacerbado los ánimos y augura días turbulentos para la nación.
La Unión Industrial Paraguaya (UIP) ha expresado su preocupación por la situación política actual, instando a todos los sectores políticos y a los tres poderes del Estado a poner los intereses nacionales por encima de cualquier consideración partidista.
La Conferencia Episcopal Paraguaya (CEP) también ha emitido un comunicado en el que lamenta el deterioro de la institucionalidad democrática en el país y hace un llamado a conducir las instituciones con moralidad, ética y respeto por los procesos legales establecidos. La CEP enfatiza la importancia de evitar que la lucha por el poder y los intereses particulares socaven el sistema democrático y dañen la confianza de la ciudadanía en las instituciones.
Por su parte, el Embajador de los Estados Unidos en Paraguay, Marc Ostfield, ha seguido de cerca los acontecimientos y ha elogiado las voces de la sociedad civil y los gremios que abogan por una democracia fuerte y garantista en Paraguay.
Paraguay se encuentra inmerso en una profunda crisis democrática, donde la indignación popular, la preocupación de los sectores productivos y los llamados a la reflexión de la Iglesia y la comunidad internacional son un reflejo de la necesidad urgente de restaurar la confianza en las instituciones y fortalecer los principios democráticos en el país.
