Usted es un enemigo declarado de la democracia, del disenso político y de la libertad de expresión y de prensa.
El hecho de que el Presidente Peña haya decidido restablecer relaciones diplomáticas con su gobierno no cambia nada, señor Maduro. No olvidamos quién es usted y lo que representa, es decir, una de las dictaduras más funestas del planeta.
No olvidamos que fue usted, señor Maduro, quien en 2012 intentó sublevar a los mandos militares para dar un golpe y evitar que Fernando Lugo fuera removido de su cargo de Presidente de la República durante un juicio político. Fue el compromiso fuertemente institucionalista de las FF.AA. paraguayas el que opuso un muro de contención a semejante barbarie urdida por usted.
No olvidamos que es usted, señor Maduro, el que impide que la democracia sea una forma de gobierno en su país. Usted y su camarilla de cómplices militares, civiles y paramilitares facinerosos han arrasado los partidos políticos de oposición, han encarcelado a su dirigencia e impuesto directivas serviles a su tiranía.
No olvidamos que en su circo electoral, una vez más, no tuvo mejor idea que borrar a la principal dirigente opositora anulando el resultado de las primarias en la Plataforma Unitaria liderada por Corina Machado y en la que obtuvo casi dos millones y medio de votos. Así allana Ud el camino a las generales de marzo de 2024 en las que, una vez más, obtendrá una “contundente victoria”, como diría el mismísimo Stroessner. Esta es su vieja práctica: manipular el Poder Electoral aplastando cualquier intento opositor y ordenando a la justicia domesticada iniciar causas como la farsa de juicio que en 2.004 se armó contra la señora Machado por supuesta traición a la patria. Más adelante, en 2.011 y 2.014, Ud. ordenó insistir en esa línea acusando a la Sra.Machado de conspirar contra su gobierno.
Tampoco olvidamos que usted, señor Maduro, y su socio de la Cuba tiranizada, son los grandes enemigos de la libertad de expresión en América. Usted ha matado la prensa libre venezolana privándola de papel durante años hasta rendirla por inanición. Ha cancelado licencias de radio y televisión, encarcelado y procesado a directores, periodistas y presentadores obligando a muchos de ellos -algunos importantes referentes del periodismo en castellano- a comer el duro pan del exilio, al igual que cinco millones de sus compatriotas que, en doloroso éxodo, deambulan por América en busca de refugio.
Si el Gobierno decidió mandar un embajador a Caracas y permitir la acreditación de un embajador de Maduro en Asunción, eso no implica que los paraguayos que tenemos un fuerte compromiso con la democracia, la libertad de prensa y la vigencia de los institutos constitucionales, vayamos a tragarnos semejante sapo. Usted es un dictador, un enemigo de la disidencia, un persecutor de periodistas y un liquidador de medios de comunicación.
No intente aprovecharse de este momento de debilidad de la política exterior del Presidente Peña. Los paraguayos sabemos muy bien quién es usted y lo que representa.
