El proyecto de sustitución de los libros por las computadoras ha sido un gran fracaso, reconocen en Suecia, que dice adiós a un modelo que entusiasma a Santiago Peña, quien en su reciente visita al Uruguay dijo que el proyecto Ceibal que ha sido replicado aquí en forma parcial con “una computadora por niño” debe ser el camino.
Los hallazgos demuestran que hay que volver a las bases de la enseñanza y el aprendizaje abandonando los fetiches tecnológicos que siempre aparecen. Los suecos lo entienden y también los franceses que retornaron a los dictados. Hay que mirar la experiencia de los desarrollados y vanguardistas y no seguir comprando espejitos.
Los resultados “sugieren que el Plan Ceibal no habría tenido un impacto en matemática y lectura ni a nivel general ni según nivel socioeconómico”. El estudio subraya que los resultados “se encuentran en línea con la mayor parte de la literatura sobre el impacto del uso de computadoras en el aprendizaje, la cual encuentra resultados nulos o negativos”.
Santiago Peña, visitó este semanas atrás la Fundación Conectividad Educativa de la Información Básica para el Aprendizaje en Línea (Ceibal), donde conversó con su titular, Leandro Folgar, sobre la experiencia en inclusión social y tecnológica implementada por el sistema educativo de este país.
Sin embargo, según un análisis hecho en Uruguay sostiene que no puede dudarse el efecto positivo de que los alumnos tengan acceso a internet para distraerse en temas diversos. Quizás no meditó en el sentido de que sus palabras significan una confesión, porque dejan en claro que el Plan se largó a las apuradas sin prever los contenidos. Los estudiantes no aprenden a pensar, no estudian ni saben idiomas o escritura, no leen.
¿Apagón digital en la escuela? Suecia frena la inversión en pantallas y vuelve a los libros. El gobierno del país nórdico canceló su plan de educación digital y redireccionó los fondos para la distribución de libros de texto: quieren repartir uno por materia para cada estudiante. La medida llega luego de un retroceso en las pruebas PIRLS de comprensión lectora.
Suecia empezó a disputar con su vecina Finlandia la atención global de pedagogos y especialistas en educación. El pasado 15 de mayo, la ministra de Escuelas, Lotta Edholm, canceló el plan de educación digital de la Agencia Nacional de Educación Escolar, y decidió que el financiamiento previsto se oriente ahora a la distribución de libros de texto en las escuelas.
El Gobierno sueco anunció que destinará 685 millones de coronas (60 millones de euros) este año y 500 millones (44 millones de euros) anuales en 2024 y 2025, para acelerar la vuelta de los libros a las aulas. El objetivo oficial es garantizar para cada estudiante un libro por asignatura, en un país con 10 millones de habitantes. “Esto forma parte del regreso de la lectura a la escuela, en detrimento del tiempo de pantalla”, dijo la ministra.