La caradurez de Erico Galeano es realmente singular, pero también no hay que desdeñar el mensaje que el mensaje que intenta instalar entre nosotros. Lo que quiso hacer ayer cuando recibió su diploma de senador es que poco le importa que esté imputado por lavado de activos o por narcotráfico, porque él seguirá mostrándose por encima de la Justicia o de las afirmaciones de algunos.
Además, podría decir que más de 20.000 personas del Partido Colorado votaron por él y dirá que no importa todo lo que he sido con anterioridad, si finalmente han sufragado su confianza en mi persona.
Lo de Erico Galeano también es una carga muy pesada para el propio presidente electo Peña, que le había pedido que fuera desaforado de su cargo de diputado. Cuál será el rostro de él y también la manera que lidiará con él, si es que termina presentándose a la Cámara de Senadores y vuelve a jurar como senador electo.
Todas estas complicaciones no tendríamos si las Instituciones funcionaran como tales. Si la Fiscalía hubiera hecho la tarea de investigación cuando apareció el operativo “A Ultranza”, no estaríamos envueltos en una situación como en la que hoy nos lleva a este comentario.
Alguien que se burla de la democracia en su conjunto se exhibe impúdicamente y afirma ante cada uno de nosotros que está por encima de la Ley, por encima de cualquier juicio ético sobre el cargo, la función y la democracia. Esto no puede seguir así.
