Trabajadores de la empresa Frutika denuncian que fueron coaccionados y maltratados por orden de la gerente general Cristina Kress. Según los mismos, luego de regresar del almuerzo fueron rodeados por guardias y abogados quienes exhibieron notas de despidos y bajo amenazas intentaron hacerles firmar sus renuncias e incluso tras forcejeos fueron obligados a entregar sus teléfonos.
En medio de empujones y gritos apartaron al gerente de tecnología, Eder Gómez López, quien fue forzado a entregar sus pertenecías. Esta situación ocurrió el 06 de julio del año pasado, cuando Cristina Kress consiguió tras maniobras judiciales una dudosa medida cautelar para apartar a la socia mayoritaria Beate Krees de sus empresas.
La denuncia fue realizada en la comisaria de Kressburgo y posteriormente derivada a la fiscalía. Fueron 5 los empleados, algunos antiguos y con cargos de gerente quienes en esta ocasión fueron maltratados y coaccionados por orden de Cristina Kress. La denuncia indica que luego del almuerzo, los empleados intentaron ingresar a sus puestos de trabajo, lo que fue impedido por guardias y abogados, quienes exhibieron las notas de despidos y presionaron bajo amenazas a firmar notas de renuncia.
Además, la gerente de auditoria denunció que Cristina Kress venía realizando amenazas de despidos por correos a los funcionarios que no cumplían supuestamente su directiva. Otro denunciante señaló que era constante la campaña de hostigamiento y amedrentamiento en medio de un tenso clima laboral, según denuncia.
Los empleados afectados fueron: Eder Gómez López, más de 7 años de antigüedad y gerente de Tecnología, Silvia Andre Martínez, gerente de Talento Humano, Zunilda E. Vargas, 9 meses de antigüedad quien era gerente de Auditoría y Marcelo Gutiérrez, gerente Administrativo Financiero.
El conflicto en Frutika se originó cuando Beate Kress, socia mayoritaria se enteró de irregularidades en las empresas e incluso de supuestos envíos de cargas contaminadas de ilícitos a empresa fantasma en Bélgica, situación que le obligó a intervenir la empresa.
Sin embargo, Beate Kress comentó en una entrevista que con maniobras judiciales de su hija con dudosas medidas cautelares atropellaron la autonomía de la sociedad y le apartaron de sus propias empresas, sin que pueda tomar decisiones donde ella es propietaria 92% de las acciones.
Cuando Cristina Kress retomó el control de las empresas inició una serie de masivos despidos injustificados entre gerentes, jefes y asistentes, que derivaron en demandas laborales como reposiciones, despidos injustificados y cobros de haberes devengados.