Miguel Carter, politólogo senior especializado en temas de gobernanza democrática, transparencia, social accoutability, y desarrollo rural, realizará mañana jueves un avance de su nuevo libro; “Itaipú, causa nacional”.
La presentación tendrá lugar en el Centro Cultural Paraguayo Americano (CCPA) y el trabajo se enfocará en cuánto ha perdido el Paraguay durante los 50 años de vigencia del tratado.
En entrevista con la 1200 AM Radio Libre, informó que nuestro país dejó de percibir la suma de US$ 77,3 mil millones desde 1985 hasta 2021 por la venta de la energía remanente (no utilizada).
“Nos parece importante que al llegar a los 50 años del tratado, mostremos lo que ha sido el pasado y el impacto que causó este tratado que se firmó en 1973”, expresó.
Para la elaboración del material, fueron utilizados datos disponibles en Brasil, precisamente en el mercado energético brasileño, utilizando la fórmula del economista Jeffrey Sachs. El trabajo fue elaborado por autores nacionales e internacionales. Su autor quiere que sirva de contribución para el debate público.
“Usamos todos los datos disponibles de Itaipú y datos disponibles en el brasil en el mercado energético brasileño. Utilizamos también la fórmula de Jeffrey Sacks que publicó en el 2013. Nosotros colaboramos con su equipo, usamos su fórmula y la mejoramos en varios aspectos. Contamos con una base de datos rica y compleja que creamos para tener el monto que Paraguay podría haber percibido si es que la energía de Itaipú era exportada al Brasil a precios acordes al mercado energético de ese mercado”, manifestó.
MÁS EDUCACIÓN Y SALUD
Según datos revelados por el mismo Carter, Paraguay destinó US$ 107 mil millones en concepto de gasto público entre 1985 a 2021. Si hubiera recibido lo que le correspondía, hubiera destinado la suma de US$ 184 mil millones en ese concepto.
Teniendo en cuenta que Paraguay gastó US$ 20 mil millones en salud y US$ 28 mil millones en educación entre 1985 a 2021, con los recursos no percibidos se pudo haber duplicado esa inversión. Algo que hubiera resultado sumamente importante, teniendo en cuenta que nuestro país iniciaba un bono demográfico. En otras palabras, esos recursos hubieran permitido tener a profesionales mejor preparados sirviendo al país.
Además de duplicar lo invertido en salud y educación, hubiera sobrado aún US$ 29 mil millones para destinarlos a la infraestructura u otras necesidades que existieran.