El 27 de enero pasado, Esperanza Martínez, actual senadora nacional por el Frente Guasu, anunció su candidatura a la presidencia de la República. Tres meses después, en el mes de abril, vence a Sixto Pereira en las internas de su partido, por lo que queda como representante de la nucleación progresista de cara a las internas de la Concertación en diciembre de este año.
Durante los siguientes cuatro meses, se dedicó a iniciar conversaciones para conformar chapas presidenciales con los candidatos del principal partido opositor (PLRA). Sin embargo, ante la falta de éxito, decidió declinar de sus aspiraciones el 15 de agosto, apuntando nuevamente a una reelección en el Senado, cargo al que aspira por tercera vez.
¿Decidió cambiar la candidatura a la presidencia por la del Senado por un bien mayor?
El Frente Guasu – Ñemongeta tiene la intención firme de colaborar con este proceso de unión de la oposición llevando una agenda y una propuesta que caracteriza una serie de transformaciones que venimos defendiendo desde el Gobierno de Fernando Lugo. Por eso, cuando me tocó ser candidata a la presidencia por el bloque, ustedes vieron que nuestra posición era ir en la presidencia porque es el Ejecutivo, la mano del presidente, la que define la línea política. Vimos que nuestra candidatura garantizaba la continuación del proceso iniciado por Fernando Lugo. Dentro de esta coalición que se creó como Concertación obliga a que en las internas tengamos un aliado del Partido Liberal. Hemos hablado con casi todos los referentes en carrera, no conseguimos más que nos dieran la vicepresidencia. Y en ese contexto también surge la enfermedad de Fernando Lugo que nos obliga a reforzar los esfuerzos para que la lista de senadores y las listas plurinominales tengan los mejores nombres.
¿Cuál es el futuro con esta situación adversa para Fernando Lugo?
De nuestra parte sigue siendo fortalecer la construcción del tercer espacio progresista dentro de la oposición. Y sobre todo debatir las ideas que nosotros consideremos importantes. Por eso hay un debate sobre la agenda, fue uno de los temas argumentados por compañeros que se retiran de la Concertación. Necesitamos un proceso de alternancia, salir de un periodo de 70 años de gobierno de un solo partido. Pero también necesitamos que Paraguay tenga una agenda progresista de cambio. La gente no solo quiere nuevas autoridades, quiere también una hoja de ruta que signifique grandes transformaciones para el Paraguay.
¿El auge de gobiernos de izquierda en la región, puede contribuir a continuar el proceso de transformación iniciado por Lugo?
Algunos dicen que hubo como un nuevo Plan Cóndor en la región donde se crean causas judiciales sobre actores políticos estratégicos ligados a grandes campañas mediáticas. Se estigmatizan y actúan sobre los perfiles políticos de los candidatos. El caso de Lula es el más emblemático ya que terminó preso y fuera de las elecciones. Pasó el proceso electoral y se determinó que no era culpable pero perdió las elecciones. Tuvimos un juicio como el de Dilma Rousseff por cuestiones sólo administrativas. La deuda nuestra es histórica, la más importante en nueve años. Las recetas se van aplicando a la región, ahora se agregó la pandemia, el cambio climático, Ucrania con su guerra. Entonces hoy la pobreza, la desigualdad, la falta de empleo y más, son elementos muy duros en la región. Esto crea descontento en la ciudadanía.
¿Dónde está Paraguay en el contexto político?
Paraguay recibe todos los coletazos de las cuestiones internacionales. Tal vez, Paraguay tiene el agravante de que históricamente son deficientes. Si hablamos del sistema de salud de la región y del sistema de salud de nuestro país. Paraguay ya tenía problemas estructurales para el acceso a la salud de la gente. La deficiencia de las camas de terapia, eso ya viene desde hace décadas. Lo que hizo la pandemia fue poner de forma más explícita. Pero que se necesiten polladas para poder acceder a la salud, no es un problema de ahora. El contexto complejo y difícil es el mismo de la región.
¿Cuáles son las propuestas que ofrecen?
Creemos que hay que pensar a partir del 2023, debemos hacer un pacto social para acordar medidas que van a comenzar en el otro periodo pero mirando a largo plazo como políticas de Estado. Pensar en políticas de Estado que no se podrán terminar solo en el próximo periodo. Y ahí volviendo a la salud, educación, el cambio de nuestro modelo económico y productivo. Somos extractivistas, exportamos productos sin valor agregado. Necesitamos la industrialización del país. Crear una mano de obra cercana, tenemos una mano de obra agrícola.