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Ese día seremos libres:

Cuando más se debate nuestra constitución  más demostramos nuestra flaqueza, porque donde reina la duda solo nos queda el miedo y  la falta de apego a las leyes se hace costumbre. Cuando no hay memoria democrática la nostalgia hacia una dictadura delira su retorno , y con los mecías y salvadores no nos queda mas que resignarnos a entregar lo que de  dignidad tengamos. La libertad se convierte en utopía y los derechos desvanecen ante la autoridad suprema del iluminado de turno. Desde la época colonial tuvimos muy pocos destellos  de democracia y un estado del derecho.

Casi  siempre fuimos gobernados por las élites donde la dictadura era la ley, y en casi toda nuestra  identidad nacional el Paraguay fue solo de unos pocos. La concentración y la permanencia en el poder siempre fue el sello del infortunio que nos generó solo dolor, revoluciones, anarquía e inestabilidad. Por que cuando al poder no se le pone límites solo el más fuerte sobrevive, bajo esa sombra nada florece, solo  la pobreza y la violencia se robustece.

La calidad institucional de un país es el derrotero de la prosperidad o el atraso por que donde no hay garantías nada brota y si nadie puede sentirse seguro en construir sin que la incertidumbre lo atrape, la patria solo será el despojo de una clase privilegiada que se sitúe por encima de todos.

Cambiar las reglas de juego a medio camino fuera de lo establecido por la Carta Magna ya es una práctica bastante conocida que solo nos trajo desgracia e incertidumbre. Aprendamos del pasado más obscuro por que un pueblo sin memoria tiende a repetir los mismos errores.

Cuando los ciudadanos de un país sienten que no impera la ley y que algunos están por encima de ella, sabemos que estamos construyendo sobre arena movediza, así firmamos nuestra condena o pero aún un cheque en blanco que será llenado por los opresores y verdugos que consentimos.

Cuando la pelea por el poder se acentúa a causa de que algunos no quieren someterse al orden jurídico , solo por que se creen providenciales e insustituibles, la república se convierte solo en una declaración de buenas intenciones y que tarde o temprano esta tendrá consecuencias muy negativas que solo Dios sabe cómo termina.

Solo es cuestión de tiempo para el barril de pólvora de la codicia por el poder explote en pedazos con el primer brillo de fósforo.

Si por desgracia llegase ese día  nos daremos cuenta que la CN no es solo un pedazo de papel con letras, que podemos arrojarlo al basurero de la historia sin más trámite,  y que al final lo que importa es la coyuntura o tener cintura política como algunos dicen, que al final solo importa que ganemos sin medir las consecuencias de nuestras malas decisiones. No importa cómo ni con quien con tal de llegar? , llegar a donde? . Si esa es al maxima entonces somos unos suicidas y no lloremos mañana porque con la soga en el cuello, estar en manos del azar no es una decisión que el sentido común pueda tolerar en un pueblo medianamente sabio.

Si una ley superior tan fácilmente pude ser cambiada que son las demás leyes? Nada, nada puede hacerse  sin romper el contrato social que es nuestra ley madre y peor aún sin consenso ciudadano, y que si no son el verdadero sentido de estas mejorar nuestras vidas que sentido tiene legislar solo por un puñado de ambiciosos de poder.

Entonces pues bien resistir es la  orden sagrada, la desobediencia civil debe ser la fuerza contra cualquier tiranía. Cuando los justos gobiernan el pueblo se vuelve pacifico pero cuando un déspota oprime la revolución es una obligación moral. Todos podemos resistir pacíficamente donde sea y como sea, podrán encarcelarnos pero lo que no podrán es aprisionar nuestros pensamientos. Si  no podemos visualizar lo que nos espera es por el fanatismo ciego de la ignorancia que nos envilece y por los oportunistas que están dispuestos a rifarnos el futuro, a cambio de muy poco como acostumbran los serviles.En ningún caso  podemos decirle al poder de turno que aquí yace un pueblo inerte que ha renunciado a seguir peleando por lo que es justo y noble. Somos una raza indomable y poderosa decidida  a forjar su mejor destino. Que si no tomamos partido y no nos definimos de que lado de la historia  estamos, entonces seremos el peso muerto de una tragedia anunciada, porque no es cierto que los indiferentes nada deciden, al contrario siempre juegan a favor de los malos por omisión. Cuando   cualquier ley puede ser cambiada a conveniencia del más fuerte, y  se mantienen  las élites por encima de ellas, las grandes injusticias y desigualdades son solo las consecuencias de la ausencia de calidad institucional. Cuando todos tengamos la certeza de que nadie está por encima de la CN y las leyes, ese día diremos que la democracia se ha consolidado y nunca más nadie se atreverá ni siquiera a dudar  de que la república está por encima de todos y que nuestras leyes nos darán la garantía  no solo de ser libres y de forjar nuestro propio destino, sino  que podremos nuevamente dormir tranquilos sabiendo que hemos borrado a la dictadura para siempre y que  en la nación que nos alberga hay mejores días para todos.

Salyn Buzarquis
Salyn Buzarquis
Sobre todo Paraguayo. Esposo, papá y Senador Nacional 2018-2023. El futuro es de los optimistas y valientes.

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