Las cifras de casos de abuso a niñas, niños y adolescentes son preocupantes en el país. Comparados con el 2019, en los primeros 6 meses del año, aumentaron un poco más de 50%.
Según datos del Ministerio de Salud Pública y Bienestar Social, se registraron en lo que va de enero a junio del 2020, 233 nacimientos vivos en madres de 10 a 14 años, y otros 6.248 en niñas y adolescentes de 15 a 19 años, para un total de 6.481 nacimientos. En el 2019, se registró un total de 15.758 nacimientos, es decir, 595 nacimientos en madres de 10 a 14 años, y otros 15.163 nacidos vivos de madres entre 15 a 19 años.
La ministra de la niñez y la adolescencia, Teresa Martínez, comentó que una de las causas del embarazo precoz en niñas y adolescentes es el abuso sexual, y otros productos de uniones tempranas, “aunque dichas uniones cuenten con el consentimiento de sus padres no se puede permitir estas uniones que están fuera de la ley. Son las uniones que llevan a un embarazo precoz de la niña y adolescente, estamos reproduciendo más pobreza y sobre todo en condiciones precarias”,señaló.
Además, mencionó situaciones como el caso de una niña de 12 años que convive en pareja con un adulto y el caso de otra de 11 años, quien fue abusada por su hermanastro cuando tenía 10 años y a los 11 años está dando a luz,” son situaciones muy alarmantes que nos interpelan a todos y deben denunciar”, concluyó la ministra.
Desde el Ministerio llamaron a toda la ciudadanía a colaborar con las denuncias, apoyando las campañas #HacéTuParte y #TodosSomosResponsables.
PROTECCIÓN DE LOS DERECHOS
Pytyvohára es una palabra guaraní que significa “el que ayuda o facilita” y también es el nombre de una organización que desde hace 9 años inspira a jóvenes y adolescentes para trabajar en la promoción de los derechos sexuales y reproductivos.
El trabajo de esta organización se hace más que necesario en un país de casi 7 millones de habitantes, de los cuales 2 millones son adolescentes y jóvenes, y en el que, de cada 4 muertes maternas, 1 es de una niña o adolescente entre 10 y 18 años. A esto se suma que hay 1 millón de jóvenes fuera del sistema educativo, el 55,6% de ellos entre los 15 y los 19 años no asiste a un establecimiento de enseñanza, y el 15,5% de adolescentes y jóvenes no trabaja ni estudia, de este grupo, el 74% son mujeres, según datos del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA).
Rocío Galiano, representante nacional de UNFPA, explicó que Paraguay cuenta con una población significativa de adolescentes y jóvenes que constituye una potencialidad estratégica para el desarrollo del país y que, ahora más que nunca, requiere de la implementación de medidas y políticas específicas para atender sus necesidades y demandas de salud, educativas, de empleo y protección para asegurar que ellos y ellas no queden atrás.
Belén González, integrante de Somos Pytyvohára, señaló que las organizaciones de adolescentes y jóvenes se han unido para reforzar acciones en medio del aislamiento y están redireccionando sus actividades presenciales para tener otras modalidades de encuentro, como escuelas virtuales sobre acceso a métodos anticonceptivos, embarazo adolescente y salud sexual.
Otra integrante, Cintia Escurra, mencionó que se están priorizando otros aspectos en la crisis sanitaria y se han dejado de lado los servicios de salud sexual y reproductiva.
“El acceso a los métodos anticonceptivos, por ejemplo, se está relegando. Es una dificultad grave, dado que Paraguay tiene un alto índice de jóvenes que inician su vida sexual a temprana edad y las adolescentes se enfrentan a embarazos no deseados. El ejercicio de los derechos sexuales debe ser reconocido para que no haya un retroceso, después de tantos años de luchar por su visibilidad”, refirió Escurra.
