Por: Irma Rojas, Especialista de comunicación en campañas electorales
A un año y ocho meses de la asunción de Santiago Peña como presidente del Paraguay, podemos confirmar que la situación ha empeorado. Sin embargo, poco podemos reclamarle como sociedad, ya que está cumpliendo precisamente todo lo que prometió durante su campaña.
Había señalado que el Ministerio de Salud no construiría más hospitales. En su gestión, incluso fue más allá de su promesa, y ni siquiera está equipando o mejorando los ya existentes. La mayoría carece de los insumos básicos, incluso para tratar heridas superficiales.
Hoy, un enfermo, ya sea leve o grave, depende más que nunca de la solidaridad de sus vecinos y familiares, quienes se ingenian para organizar rifas, quinielas, polladas y comilonas, para cubrir al menos parte de los gastos médicos.
Había expresado que el MEC no construiría más escuelas y que existen más profesores de los necesarios. A más de un mes del inicio del año lectivo, decenas de miles de estudiantes aún no pueden desarrollar sus clases de manera regular debido a la falta de kits escolares. Las escuelas públicas hoy son sostenidas gracias a los padres, quienes dotan a las instituciones de baños modernos, realizan las refacciones de infraestructura e instalan los aires acondicionados tan necesarios. Existen denuncias de que en varias instituciones ni siquiera cuentan con el plantel docente necesario, dejando a los niños y jóvenes con horas «libres» que no serán recuperadas. Incluso está en duda que las materias puedan ser desarrolladas durante el año escolar.
El transporte público continúa siendo un calvario para las personas que utilizan el pésimo servicio. Ómnibus chatarras cuyas ruedas salen disparadas, puertas que se desprenden, combustión instantánea y pérdida de frenos se suman a la lista de desperfectos mortales que vemos a diario, sin que exista, hasta la fecha, ni siquiera el anuncio formal de algún plan a futuro que dé alguna esperanza de mejorar esta situación.
El BCP, que en las últimas décadas mantuvo un perfil profesional y se había ganado la confianza de la ciudadanía como una institución creíble, hoy es objeto de burlas en las redes sociales, producto de sus informes sobre la inflación, que no solo no reflejan el aumento de precios en los productos de la canasta básica familiar.
El único que parece estar mejor es Santiago Peña, accionista de varias empresas que hoy arrasan en las licitaciones públicas. Desde el cielo, Paraguay es un país hermoso, y él lo disfruta a diario durante sus viajes en helicóptero. Producto de esto podrían ser sus muletillas sobre la grandeza de Paraguay, que repite cada tanto, quizás pensando que con eso basta para cambiar la dura realidad que nos toca vivir a los paraguayos, a quienes nos toca vivir desde la tierra la dura realidad de un país cada vez más precario en los laboral, salud y educación.

Periodista Senior