Al salir a la calle para lo que sea siempre nos recomiendan tener cuidado con todo, todos y sobre todo con nosotros mismos, porque según algunos el peor enemigo de uno es uno mismo.
No estamos solos en el mundo sino estamos acompañados por muchas personas de distintos orígenes, ideas, tendencia sexual y apariencia física, que nos pueden interesar la primera vez que los veamos o escuchemos y debemos entender que si pretendemos conquistarlos debemos empezar con halagos, mantener el contacto visual y nunca mentir.
Parte de la estrategia tiene que ver en la apariencia que tengamos en el lugar donde se encuentre el o la pretendiente una persona con la que necesitas entregarte como tú mismo, necesitas ser real y sincero y no solo en el momento en que pretendamos conquistar sino una vez iniciada una relación específica ya sea esta amorosa laboral o académica.
Por otro lado entre la lista de recomendaciones se encuentra el ser genuino y elegir sabiamente tus palabras para iniciar o desarrollar una conversación con la persona que queramos conquistar y estar preparado para cómo pueda responder él o ella a lo que propongamos cómo actividad o respondamos a una idea en particular y la respuesta que podríamos recibir.
Nunca sabemos cuándo o dónde estará nuestra otra mitad y es fundamental tener en cuenta orientaciones que nos puedan servir y ayudar para alcanzar el objetivo de captar la atención y hacernos de la compañía de él o ella en nuestras vidas.
El vínculo que crea y construye
Una que aunque nos empeñemos en estar solos o creamos que es el estilo de vida que más cómodo se sienta, en el planeta superpoblado por seres humanos existe nuestra pareja, puede estar en nuestro barrio o en las antípodas del lugar que ocupemos ahora.
El tema está en no perder la fe y encontrarse preparado siempre para cuando y la forma en que se dé ese momento en que el San Valentin haga el trabajo de unirnos.
Unión que debemos saber para qué se debe dar o daría entre nosotros y la persona a la que pretendamos conquistar. Porque no se trata de querer formar una relación cualquiera sino de empezar algo serio con alguien que nos interesa mucho más allá de cómo se vea, actúe o sea en condiciones particulares sino sobre todo en lo que piense o sienta en esas condiciones. Al tener esto claro podemos asegurar viajes sin dilema con nuestra media naranja a dónde o cómo sea en nuestras vidas que una vez abierta para que la integre otra persona dejó de ser solo una vida sino ya es un trabajo en pareja y equipo para, cómo y donde sea.
Espacios y momentos que deben quedar diseñados y construidos para registrarse en nuestras memorias con el fin de al volver a rememorar esos tiempos se dibuje alegría en nuestros rostros que deben reflejar paz y felicidad siempre, con todos y en todos lados.