Al decidir migrar, divorciarnos o dejar hábitos de vida que pretendíamos hacerlos eternos nos encontramos rehaciendo nuestras vidas, experiencias que imagino serán difíciles para quienes lo tengan que vivir, entre esas personas se encuentran los migrantes por vivir en países que experimenten conflictos bélicos cómo ahora es Israel que se enfrenta a Palestina por soberanía de territorio, aunque parezca difícil de entenderlo en el mundo todavía tenemos luchas por espacios, cuando pensábamos que eran cosa del ayer. Conflictos que traen consigo cómo cualquier guerra pérdidas, dolor, trabajo para asistir a quienes pelean y se ven afectados por el plomo usado contra el enemigo identificado.
Entre los sitios elegidos por el migrante israelí para migrar se encuentra Grecia donde intentan encontrar una apariencia de “vida normal”. Varios centenares de familias israelíes han encontrado refugio en Grecia, país que les ofrece la posibilidad de elegir entre varios tipos de visados.
2.807,5 km por tierra dividen a Israel de Grecia, en un viaje de 32 horas, no es el único destino elegido por los israelitas que buscan sitios de menos rudo y amenazas contra sus propiedades, salud o lo más importante que es su vida, que habitualmente en tiempos y sitios de guerra es lo que desafortunadamente se pierde. Durante el último año, se produjeron agresiones, ataques, abusos y asesinatos contra civiles a una escala que no tiene precedentes en la historia reciente de Israel y Palestina.
Desde el 7 de octubre de 2023, han sido asesinados más de 1.200 israelíes y ciudadanos extranjeros en Israel y, al 4 de enero, más de 22.000 palestinos en Gaza. Seres humanos cómo sus parientes, vecinos, compañeros de estudio o trabajo que también ven, escuchan, respiran, se alimentan, piensan y mueven cómo usted y yo y solo buscan o buscaban seguir haciéndolo hasta que una bomba destruyó el edificio donde vivían, estudiaban o trabajaban. Ahora solo son lastimosamente nombres impresos en epitafios o documentos que registran su inexistencia en el mundo.
Así cómo vemos el nombre de parientes o seres queridos al visitar sus tumbas o recordar sus palabras, gestos o formas de ser en reuniones familiares o personas en común que los conocían hasta que la muerte se los haya llevado a ese lugar desconocido al que todos iremos algún día, solo debemos cuidarnos o evitar dejar de vivir para no dejar de experimentar las maravillas del viaje de la vida, uno que aunque presente momentos, lugares y personas desagradables, es el único que tenemos para poder ver, escuchar y sentir lo que nos dé placer, paz y armonía a nuestro existir, esperando no tener que rehacer nada para viajar tranquilos la vida donde sea en un mundo que tiene suficiente espacio, alimentos y recursos para la población del planeta que luego de haber tenido suficientes guerras en la historia de la humanidad en el mundo supongo que hemos aprendido las cosas malas que producen la guerra hoy.