Hay que insistir y mucho, desde el Gobierno, en la necesidad de completar el esquema de vacunación. Esas son vacunas singulares en la historia del mundo en donde se recibe doble dosis para un mismo propósito.
Eso también puede haber quedado en la mente, en la cultura, en el conocimiento, en el recuerdo de las personas, diciendo ¿para qué voy a necesitar una segunda dosis si con la primera ya estoy cubierto?
En las fases experimentales de esta vacuna, se ha comprobado que la eficacia de más del 80% se logra cuando se completa la segunda dosis. En algunos casos sube más o menos, pero evidentemente hay mayores tipos de control de la expansión del coronavirus con una doble dosis que solo con una.
Hay que buscar todos los mecanismos que lleven a ese tipo de conclusión para la persona, canales de comunicación más eficientes, capacidad de poder contar la trascendencia de ese esquema de vacunación doble que debe tener completada cada persona como también facilidades, de manera a hacer que la gente no tenga ningún pretexto para no acercarse a los vacunatorios disponibles.
Esto significa permisos de trabajo, posibilidad de que los vacunatorios se abran más allá de la jornada laboral de las 19:00, todo esto puede facilitar que más gente acuda a la segunda dosis y no exista el pretexto de algunas personas que terminaron en terapia intensiva y fallecieron porque, sencillamente, no completaron la segunda dosis.
Este argumento tiene que ser desechado entre todos y por todos.