viernes, abril 25

Vamos a retroalimentarnos / Félix Martín Giménez Barrios

Ocurre muchas veces que, tras revisar los distintos portales de medios de
comunicación, uno se da cuenta de como lo complejo es normal en la información al
expresarse demasiadas ideas a la vez. En lo personal, suele suceder que algunas
veces me pierdo en el ruido y no puedo continuar con el hilo de tal noticia debido a la
abundancia de fuentes que informan u opinan distinto. A ustedes debe pasarles algo
similar en algún momento, especialmente con noticias que puedan no ser de su
agrado.

Es debido a ello por lo que tendríamos que buscar un momento de reflexión sobre
nuestras ideas y si se puede, para enriquecer la experiencia, compartir esas
reflexiones con las personas que consideremos cercanas y curiosas en temas de
interés común. Podría ser tanto un interés intelectual, emocional, económico o
meramente algo relacionado entre lo personal y profesional.

Si esto sucede, solo entonces podemos decir que estamos en un momento de
retroalimentación de ideas, pensamientos y acciones. Según la definición del
diccionario de la lengua española, “retroalimentar” significa devolver parte de la
información o energía de salida de un sistema o circuito a su entrada. También se
puede definir como retroacción, lo que se conoce popularmente hoy como “feedback”,
es decir, devolver de vuelta algo, que en este caso se trata de la información.

Es un concepto que hoy día se utiliza mucho en el ámbito educativo y sirve para el
desarrollo personal de los alumnos. Por ejemplo, un buen ejercicio para retroalimentar
sería que uno mismo corrija su examen al consultar con las fuentes de conocimientos
oficiales como los libros especializados en las materias correspondientes. Esto se
debe a que la retroalimentación no se trata solo a ser receptor de comentarios
externos o ser el emisor de otros, también implica la capacidad de desarrollar
autocritica.

En una actualidad donde todo se encuentra muy polarizado y el conflicto es moneda
corriente, el poder compartir ideas o pensamientos sin la necesidad de pelear o
discutir no solo sirve para el desarrollo personal y que cada uno cuestione sus propias
creencias en ciertos asuntos. La retroalimentación también sirve como un combustible
para el avance de la sociedad, al retroalimentarnos con ideas de otros, lograríamos
generar soluciones efectivas en problemas que se puedan presentarnos.