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¡Vacunas baratas, baterías compro… vacunas baratas comprooo…!

En cualquier barrio de Asunción, usted habrá escuchado al churero parlante, que desde muy temprano cada día ofrece ganarse unos centavos, comprando lo que ya no se usa o es parte del desecho de su casa. El pintoresco personaje a veces tiene un buen día y otros no tanto, pero el resultado de su jornada no le afecta ni daña a nadie. No sabe de ventas ON LINE, ni le interesan.

Así se pasa la vida, pregonando sus anuncios con un parlante que a veces suena y otras no tanto, y va, entre la precariedad y la sobrevivencia. En estos tiempos de pandemia, la gente se desprende de lo inútil o el sobrante acumulado, incluso a cambio de nada, y él sigue con su pregón, tiene que comer, qué duda cabe. Y al día siguiente, nuevamente empieza su rutina, la familia también come.

Este elemental relato del cotidiano de un chatarrero, parece no formar parte del imaginario de nuestras autoridades ni en tiempos de pandemia, urgencia, emergencia o juicio político. A tal punto que algunos justifican públicamente que tan mal no estamos. El diputado colorado Ángel Paniagua perdió la oportunidad de quedarse callado e intentó defender el manejo de la crisis sanitaria. “Hay que agradecerle a Mario Abdo, como ejemplo de paraguayidad..solo hay 3500 muertes.” El presidente hubiera preferido no contar con la ayuda del ex aduanero y los familiares de los fallecidos, mentaron a la madre del diputado y a todas las generaciones anteriores. En medio del desconcierto reinante, movilizaciones y reclamos por las vacunas ausentes, apareció nuestro Canciller, que por esos días declaraba a Infobae, “que, si bien nadie lo acompaña en la idea, hay que refundar la República”. Tuvo que dejar de lado inmediatamente esas sesudas reflexiones, se puso en el lugar del churero parlante y se montó en el primer vuelo en gira itinerante por la región, para comprar vacunas a quien le quisiera escuchar. El presidente recuperó el habla, con la lucidez que generalmente ocurre luego de no ser ejecutado en el  juicio político y descubrió las inequidades que existen entre los países, al punto que Paraguay no ha recibido vacunas y nos han dejado para el final de la cola. “Y eso que hemos pagado en tiempo y en forma.” Esta frase, lejos de mejorar las cosas, puso sobre la mesa la notable capacidad de nuestros gestores a la hora de hacer una simple transferencia de dinero.

Es posible que estos muchachos, como están ocupados en tan alta responsabilidad, ni hagan las compras del supermercado, ni le transfieran unos guaraníes al sobrino por su cumpleaños. Más aún, hicieron la transferencia por segunda vez y mal otra vez. Comunicados, desmentidas y múltiples versiones, sobre la plata que se envió pero que no llegó, etc., etc. En fin, nunca sabremos, como ocurre habitualmente, ni la calidad de la gestión ni la inutilidad de los gestores, a pesar de que contamos con una ley de acceso a la información pública y la bendita transparencia.

Hay un viejo refrán que dice “El buey lento bebe el agua sucia”. Y esto es lo que nos pasa con las vacunas. Enfrascados en miserables disputas políticas en un año electoral con cicatriz o con la cara partida, el principal entretenimiento político es denostar al otro de su mismo partido.

Lo que está en juego no son las vacunas, sino disputar codo a codo, espacios donde solo hay lugar para uno o unos pocos. Mientras estos pequeños humanos reptan y se arrastran afanosamente en búsqueda del mejor posicionamiento, hay quien mira impávido, entre divertido y perverso. Está más allá del bien y del mal y por encima de tan devotos adulones.

Maneja el titiritero y desde el presidente hasta el último lacayo, se mueven al ritmo de los mensajeros. Nuestro director de orquesta de frontera, no aparece, ni habla ni se ensucia los zapatos en el barro donde los demás chapalean a brazo partido. El poder soy yo. El partido soy yo. Luego el Estado es una entelequia amorfa, que va a los tumbos con viejos o nuevos ministros, todos improvisando y sumidos en el mismo susto que va desde dar los gustos al patrón, hasta lidiar con el desencanto ciudadano y la presión de las espantosas estadísticas de difuntos, que se fueron soñando con una vacuna que nunca llegó.

La exasperación genera manotazos de ahogados. Taiwán amaga enviar millones de vacunas, que luego su Ministerio de Relaciones exteriores desmiente. China ofrece las suyas, pero Taiwán advierte cándidamente, que no se opondrá. Las autoridades, con más de 60 años de relaciones diplomáticas con la isla, que no crece en su lugar en el mundo, entienden perfectamente el mensaje y no vaya a ser que se corte la Diplomacia de chequera, tal como dijera la BBC en un difundido artículo.

Mientras tanto nuestro churero, perdón Señor Canciller, va pasando de país en país con los
resultados previstos. Todos tienen urgencias, nosotros hicimos las gestiones, tarde y mal, por qué nos van a poner encabezando la fila. Las diplomáticas respuestas nos dejan como al principio del viaje. Cuando nos sobren vacunas, se las enviaremos. Así las semanas pasan y los decretos cambian de hora en hora. Lo que sucede en forma impertérrita es la muerte. Puerto Casado hace noticia con su muerto, que pasa montado sobre una retroexcavadora frente a la iglesia para su último adiós sin un miserable cajón y termina en una fosa por ser un indigente. La delgada línea entre la vida y la muerte nos iguala en la degradación.

La ley debe ser como la muerte, que no exceptúa a nadie señaló el Barón de Montesquieu en Francia, allá por el Siglo XVII. Aquí en Paraguay, Siglo XXI, la muerte ronda cada día, mientras la ley tiene parientes, amigos, entenados y déspotas que deciden sus excepciones.

Arturo Enzo Bregaglio
Arturo Enzo Bregaglio
Abogado. Periodista y Lic. Ciencias de la Comunicación. Fundador y director de Radio Sur (Córdoba) y Radio Trinidad/ViVa (Asunción). Vicepresidente por América Latina y Caribe de AMARC (Asociación Mundial de Radios). Numerosos cursos de Comunicación Política y Derecho a la Comunicación en América Latina, Canadá y Europa. Consultor de la organización para la Migración Paraguaya. Gestión de las campañas en Estados Unidos, Brasil, España, Francia, Italia, Suiza y Argentina, para el logro del voto de los paraguayos en el exterior.

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