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Uruguay y su democracia

ste país parte del Mercosur tuvo elecciones en segunda vuelta el pasado domingo donde ganó la opción de izquierda. 

Uruguay es un país  situado en la zona subtropical austral del continente sudamericano, limita al Norte y al Noreste con Brasil, al Oeste y al Sureste con Argentina, y al Este con el Océano Atlántico, su dimensión  geográfica es de 176,215 km². Tuvo una dictadura militar que duró 12 años, desde 1973 hasta 1985, llevada adelante por Juan María Bordaberry Arocena. En una región a menudo caracterizada por la inestabilidad política, la corrupción y las tensiones sociales.

Uruguay destaca como ejemplo de democracia y estabilidad. «Cuando ganas, te quedas; cuando pierdes, te vas». Así de fácil puede ser una de las reglas más básicas en una democracia. Esta frase tan simple y lapidaria la dijo el presidente de Brasil Lula da Silva respondiendo a la amenaza de Nicolás Maduro de que si perdiera las elecciones habría un «baño de sangre”. Más no fue así y Lula sigue sobreviviendo su presidencia ante los atentados contra su vida.

Quien pierde unas elecciones reconoce su derrota y felicita al ganador. Esto es lo que ocurrió el domingo en Montevideo. Y es una prueba del buen funcionamiento de la democracia o entender que aquel que se enoja al perder pierde el doble, por la irritación que lleva encima por no haber ganado una competencia. Álvaro Delgado, felicitó al presidente electo Yamandú Orsi, del Frente Amplio, y declaró que estaría disponible para proyectos conjuntos de interés nacional. El presidente, Luis Lacalle Pou (Partido Nacional), también felicitó inmediatamente a su sucesor y anunció un traspaso de poderes ordenado. ¿Puede haber una transición democrática del poder más suave que ésta?.

Nivel de desarrollo

Uruguay obtiene las mejores notas en las clasificaciones internacionales de democracia, libertad de expresión y lucha contra la corrupción. Por ejemplo, en los informes de Freedom House, una evaluación anual país por país de los derechos políticos y libertades civiles en el mundo, Uruguay ocupa desde hace años uno de los puestos delanteros, actualmente con 96 de 100 puntos.

El cambio de gobierno en Montevideo el 1 de marzo de 2025 se producirá  de forma tan silenciosa como el paso de un coche eléctrico. Pero, ¿por qué? Según muchos analistas los logros de Uruguay se basan en instituciones fuertes y una cultura política de diálogo que a menudo falta en algunos países latinoamericanos que tenemos democracias mal basamentadas en la educación, tolerancia y trabajo en equipo cómo nuestros equipos de fútbol o rugby. Ellos  justifican su existencia, triunfos y reconocimiento si logran conjugarse entre sí para terminar el partido ganando. 

Es importante saber también que Uruguay tiene uno de los niveles de calidad de vida más altos de América Latina. Con una renta per cápita de unos 18.000 dólares anuales (2023) y una red de seguridad social bien desarrollada, el país es un ejemplo de estabilidad socioeconómica. La baja desigualdad de ingresos en comparación con otros países de la región reduce las tensiones sociales, mientras que la educación integral y un sólido sistema sanitario refuerzan la confianza en las instituciones estatales.
Con eso evitan la existencia de protestas o manifestaciones que están permitidas en el país vecino y que aunque sean legales pueden provocar daños en infraestructuras o vidas humanas echando a perder sistemas que aseguran la libertad de la población, para relacionarse, expresarse o vivir sin miedo a la “caperucita roja”, aquel transporte de la policía paraguaya que buscaba y llevaba presos a sospechosos o identificados cómo enemigos del gobierno de Alfredo Stroessner. Uruguay es un buen ejemplo a imitar.

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