Unos 2.300 agentes de policía custodiarán el féretro de la reina Isabel II en su último viaje mañana, lunes, desde la abadía de Westminster, donde se oficiará su funeral de Estado, hasta el castillo de Windsor, donde será enterrada en la capilla de San Jorge.
Según indicó hoy la Policía Metropolitana de Londres, más de 3.000 agentes de fuerzas policiales de varios lugares del Reino Unido formarán parte del equipo compuesto por 10.000 agentes encargado de velar por la seguridad del servicio de mañana, al que asistirán más de 2.000 invitados, entre ellos unos 500 dignatarios y miembros de las monarquías de todo el mundo.
Según el subcomisario de la Policía Metropolitana, Stuart Cundy, esta será la «fase final y más compleja» del enorme operativo policial que ha rodeado todos los preparativos desde la muerte de Isabel II el pasado día 8 en Balmoral (Escocia) a los 96 años.
El cortejo fúnebre recorrerá, al término del servicio religioso en la abadía de Westminster, una primera fase de la ruta hasta el arco de Wellington, donde a las 13.00 se espera que los restos de la soberana serán transferidos a un coche fúnebre para hacer su último viaje hacia el castillo de Windsor, a unos 35 kilómetros al oeste de Londres. Durante ese primer tramo, la policía dispondrá de un millar de policías que seguirán al cortejo.
«Estos agentes interactuarán con las muchedumbres que se esperan en Londres», según dijo Cundy, al tiempo que apuntó que para la última fase del trayecto, cuando se traslade el ataúd hasta el castillo de Windsor habrá otros 1.300 agentes de servicio.
De cara al funeral, el rey Carlos III se reunió ayer con el comisario de Scotland Yard, Mark Rowley y otros agentes involucrados en la operación de seguridad del último adiós a Isabel II. EFE