Incendios en el Amazonas y en Burdeos o en cualquier otro sitio del planeta es un grito desesperado de la naturaleza sobre el daño que le estamos haciendo al planeta los seres humanos.
Al hacer el recorrido regular de las temperaturas climáticas del planeta en las estaciones fuertes del año, verano e invierno es fácil distinguir que la naturaleza da sus mensajes de socorro cómo los seres vivos también lo hacemos e intentamos sobrevivir en temperaturas que van sobre los 30 grados centígrados o bajo los 10 grados.
Ahora mientras en Sudamérica buscamos refugio en espacios cálidos en compañía de nuestro brebaje típico, té o también conocido cómo mate para mantener el calor que en otros continentes donde también habitan muchos paraguayos, acostumbrados a veranos más largos que los tres meses habituales. Ahora viven o intentan vivir en veranos que se muestran muy intensos en países cómo España donde según un titular del diario El País Madrid viven en estado de alarma por la larga sequía. Galicia, Castilla y León, Extremadura, Andalucía, Cataluña o Navarra ya sufren por la falta de agua. La reserva cae al 39%, el menor porcentaje desde la gran escasez de 1995.
Las temperaturas se disparan
Es el octavo mes del año y en pocos días más entramos a nuestra primavera que cómo lo experimentado años anteriores es una previa al verano muy caluroso y no tan templada cómo se espera sea esta estación de muchas flores y renacer del verde previo a los 40 grados veraniegos del Paraguay. El verano pasado estuvo con varios incendios lamentables.Los aire acondicionados se encienden y preparamos nuestro tereré, buscan generar o refugiarse en condiciones de calor, que ahora mientras la realidad es otra en el sur de América donde existe mucha agua en nuestros acuíferos que deben ser cuidados y tener un plan de utilización para un futuro que no termine siendo cómo lo vivido ahora en la segunda casa de paraguayos en el mundo, que están ahora mismo con 36 grados.
La naturaleza pide a gritos un cambio de conductas. Esta semana los EEUU pasó una nueva legislación en ese sentido. Entre nosotros ni con las leyes existentes hacemos la diferencia. Nos falta conciencia y colocar el tema en la agenda pública porque de lo contrario seguiremos lamentando los desastrosos efectos del cambio climático.