Comentario 3×3
Murió Maradona y es noticia mundial, pero claro, uno tendría que preguntarse desde cuándo tenía lo que podríamos denominar una vida normal. El astro argentino reconoce que comenzó a drogarse jugando por el Barcelona a los 24 años y que a partir de ahí su vida había estado dominada por el consumo de estupefacientes, situación que ha hecho que se convirtiera en un factor utilizado por varios gobiernos como los de Chávez o los de Castro, que tienen acusaciones de gran movimiento de tráfico de drogas hacia países consumidores como Estados Unidos.
O sea, que al mismo tiempo que decían que Maradona era uno de ellos,y que lo cuidaban en términos sanitarios, cada vez que caía en una profunda depresión, sus gobiernos tienen política que no se adecuan necesariamente a evitar que este tremendo daño continúe ocasionando su impacto sobre una gran parte de la población y sobre Maradona en particular.
Maradona es una metáfora de la Argentina, ese país que hace 100 años era uno de los 10 países más ricos y prósperos del mundo. Hoy es un país realmente en bancarrota y quebrado, y nadie mejor que un niño marginal que se convierte en una estrella del deporte millonario y que comienza a cuestionar el sistema de donde él emerge, se haya convertido en alguien que tengan que despedir un millón de bonaerenses o argentinos en su conjunto en las últimas horas.
Lo que cabe detrás de esto es decir cuánto de la Argentina real de la que vive en la actualidad de ese país se refleja en lo que ha sido el comportamiento y las características de la persona y del personaje, porque con Maradona habría que distinguir muy claramente las fronteras entre ambas cuestiones, pero claramente cuando se va Maradona físicamente de la tierra queda la memoria, el recuerdo, y para eso habría que volver a desdoblar la persona del personaje