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Una isla rodeada de tierra

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Por Benjamín Fernández Bogado

Material publicado y editado por ReVista Harvard Review of Latin America

 

Cortesía de Yluux @yluux

El más grande escritor paraguayo: Augusto Roa Bastos describió una vez a su país como “una isla rodeada de tierra”, definiendo el carácter de un país sin salida al mar ubicado en el interior de América del Sur. Una nación casi del tamaño de España o California pero con una población de menos de siete millones de habitantes con casi dos millones viviendo fuera del país. Uno de los países más jóvenes del mundo con tres de cada cuatro ciudadanos menores de 30 años, Paraguay tiene un potencial notable en energía hidroeléctrica, ubicación geográfica, tierras cultivables y un rebaño ganadero de más de 15 millones de cabezas de ganado. Desde 1989, el país comenzó a abrirse a los tiempos del dictador Alfredo Stroessner cuando los pasaportes paraguayos tenían escrito que no podían ingresar a países con regímenes comunistas y cuando salir y entrar del país era una verdadera odisea.

La república se volvió aislacionista cuando el dictador José Gaspar Rodríguez de Francia (1814-1840) cerró el país, impidiendo la entrada y salida de personas y libros. El gran erudito francés Aimé Bonpland, que había acompañado a Alexander Humboldt en sus aventuras por el Amazonas y el Orinoco, fue arrestado bajo sospecha de ser espía y exiliado en Santa María Misiones por más de una década. El país perdió a uno de los hombres más lúcidos de su tiempo y amigo del gurú matemático Carl Friederich Gauss, entre otros. Fue liberado cuando, con sus conocimientos médicos, ayudó a curar la gota que el tirano padecía en sus articulaciones.

Desde 1989, el país emprendió la gran tarea de construir la democracia. Una tarea emprendida sin planes, sin referencias, sin memoria democrática y sin historia. Un general golpista, Andrés Rodríguez, abrió por primera vez las puertas del país al mundo, redactando la primera y única Constitución de las cinco escritas en libertad y democracia. Su aporte ha sido inmenso en la construcción de una institucionalidad renovada y un enorme respeto a las libertades fundamentales. La carta magna tiene seis artículos dedicados a la libertad de expresión y de prensa, que habían sido perseguidas frontalmente por la dictadura.

Las manifestaciones, las reuniones y la libre circulación de personas e ideas han refrescado enormemente a un país que en 1989 vivía un período histórico único a nivel mundial con el fin de la Guerra Fría y la caída del Muro de Berlín en noviembre de ese año. América Latina vivía una efervescencia democrática que concluyó con el fin de la tiranía de Pinochet en Chile al año siguiente.

La tarea de emprender la democracia se hizo mirando la experiencia europea posterior a la Segunda Guerra Mundial y, especialmente, con los procesos de integración que culminaron con la Unión Europea. En 1991 se creó el Mercosur o Mercado Común del Sur entre los cuatro países (Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay) que habían sido protagonistas entre 1864 y 1870 de la mayor guerra que recuerda esta parte del subcontinente. Ocho de cada diez paraguayos perecieron en un genocidio poco publicitado. El Tratado de Asunción de 1991 abrió, sin embargo, un nuevo horizonte en la relación entre estos cuatro países, que alentaba perspectivas prometedoras en el corto plazo.

Sin embargo, las barreras aduaneras y las crisis recurrentes de Brasil y Argentina no han logrado profundizar estos vínculos hasta emular los logros alcanzados en estos campos por la Unión Europea. Si Francia y Alemania lograron ser los motores de este proceso, ni Brasil ni Argentina lograron alcanzar estas metas debido a sus recurrentes crisis económicas y políticas desde entonces hasta ahora.

Los logros de la democracia paraguaya han sido enormes si se compara con la dictadura en el mismo lapso de tiempo (35 años) en todos los campos. El desarrollo de la infraestructura, el aumento del presupuesto para educación y salud, el notable aumento del Producto Interno Bruto (PIB) que hoy alcanza los 44 mil millones de dólares o el ingreso per cápita de US$7.000 frente a los US$1.000 del final de la dictadura son logros evidentes para un país que lleva muchos años sumido en el atraso y el subdesarrollo. Sin embargo, la tarea de construir una ciudadanía con instituciones sólidas aún tiene un largo camino por recorrer. Los niveles de pobreza y desigualdad son notablemente altos, generando un alto costo social que incentiva al crimen organizado a imponerse sobre las instituciones estatales, como reconocen los ministros del interior y de defensa del actual gobierno. La apertura a un mundo complejo de globalización ha tomado al país desprevenido en varias cuestiones.

Paraguay es el único país que mantiene relaciones diplomáticas con Taiwán, calificada como “provincia rebelde” por China, lo que significa que los productos nacionales no pueden ser exportados directamente a ese país asiático, pero China logra comerciar con Paraguay a través de terceros, vendiéndole un valor de tres mil millones de dólares anuales. Este hecho genera situaciones tensas con sus socios del Mercosur que desean acuerdos de libre comercio entre el bloque y China. El comercio con Taiwán se ha incrementado en los últimos años y la posición paraguaya es aplaudida por Estados Unidos, que ve con preocupación el desembarco chino en el comercio y el control de la hidrovía, canal preferido para la comercialización de productos a través de los ríos Paraguay y Paraná hacia los puertos marítimos de Argentina y Uruguay.

The clear conflict between the United States and China on several issues has led the general of the South American Command to meet with President Santiago Peña four times in less than a year of government, discussions in which the strategic position of Paraguay was ratified along with the need to improve the fight against organized crime. In the last three years, cocaine shipments worth more than three billion dollars were seized in the ports of Hamburg and Antwerp that left Paraguayan ports through the waterway.

In 2024, fifty years will have passed since the Treaty of Itaipu, which marked the beginning of the construction of the world’s largest hydroelectric plant, generating millions of megawatts with its twenty turbines on the border between Brazil and Paraguay. The agreements signed during the dictatorship of both countries were not favorable to Paraguay, which failed to receive more than 72 billion dollars for the sale of energy, values of generation and not of contracting from Paraguay to Brazil. The contract price was around US$42 per megawatt and the generation price was US$8. The agreement stated that Paraguay could only sell the energy it did not contract to Brazil at a much lower price than the contracted price. In addition, the interest agreed with Brazilian banks for the construction was based on a fixed value of 11% when in fifty years the fluctuation of street interest rates was around 5%. Columbia University economist Jeffrey Sachs, hired by the government of Federico Franco (2012-13), recognized in his report that at those values Paraguay should have honored the debt 15 years before the limit was set, receiving annually more than one billion dollars of income from the sale of energy. The 2024 agreements with Brazil stated that, after the debt was paid, the largest consumer country wanted the value of energy to drop to 10 dollars, and Paraguayans who do not consume all their energy wanted it to be at 21. Finally, a value of US$19.28 dollars was established for three years, when the agreement will end and the cost of the energy generated by Itaipu will be US$10. Paraguay has three years to use these resources and has decided to do so in social programs, including feeding children in schools.

In Argentina, home to two million Paraguayans, first exiled for political reasons (the 1947 civil war) and later for economic reasons, Milei’s arrival raises serious questions about immigration policy. More Paraguayans live in Buenos Aires than in any Paraguayan city.

Argentina and Brazil are Paraguay’s major commercial partners and historically have had great political weight in the country’s decisions. Northern Paraguay borders Bolivia in a western territory called Chaco sparsely populated and with a great geography that is beginning to awaken for trade, logistics and the connection between the Atlantic and the Pacific. The bio-oceanic route under construction will allow the ports of São Paulo and Santos to connect with those of Antofagasta and Iquique in Chile, passing through Argentina. This will also link the rich soybean producing regions in Mato Grosso do Sul in Brazil with the livestock and agriculture regions of Paraguay, added to the lithium territories in the provinces of Salta and Jujuy in Argentina. It is probably the most promising of the integration projects in America after the one achieved with the construction of the Panama Canal.

Courtesy of Yluux @yluux

Compared to several countries in the region, the macroeconomy shows solid numbers. With a 10% VAT tax, profits and business income have attracted investment along with a controlled inflation of 5% annually. For Argentines who have experienced high inflation for many years and a loss of the value of their currency, Paraguay is a model to follow and there are many who have been investing several million dollars in the countryside and in the skyscrapers that are beginning to emerge in several cities in the country.

The government of Santiago Peña (2023-2028) has a majority in both chambers of Congress, but it bears the burden of the party’s most important political figure, former President Horacio Cartes, who has been described as “significantly corrupt” by the U.S. government, which cancelled his entry visa to that country along with his entire family and prohibited him from carrying out commercial activities in dollars. He was accused of links with the Hezbollah guerrilla and large-scale global smuggling of cigarettes globally, among other issues.

The high levels of organization of criminal groups and the global demand for cocaine and other drugs have led to an enormous level of conflict. In Brazil alone, 60,000 people die every year due to criminal acts by groups such as the Primer Comando Capital (PCC).

The United States, an important power factor in the region threatened by organized crime and weak institutions, repeatedly has emphasized the need to control these groups time and again, even going so far as to sanction several prominent Paraguayan political figures with visa cancellations and commercial operations. The lack of a strong justice system capable of punishing criminal acts has prevented Paraguay from reaching the investment grade that would bring large investments to the country.

La llamada “economía del crimen” desarrollada por el economista y Premio Nobel Gary Becker está bastante extendida en el país pues según datos de la fiscalía, si alguien comete un delito en Paraguay, solo tiene un 5% de posibilidades de ser juzgado y un 1% de ser condenado. El resto: no. Los altos niveles de impunidad no favorecen la creación de las condiciones para inversiones a largo plazo debido a la llamada imprevisibilidad jurídica que padece el país.

Cortesía de Yluux @yluux

Políticamente, la falta de una oposición sólida y unida ha llevado al Partido Colorado a permanecer en el poder durante más de 70 años, un fenómeno único en la región donde partidos de similar naturaleza como el PRI mexicano, el APRA peruano e incluso el peronismo en Argentina han atravesado profundas crisis que en algunos casos incluso amenazaron su continuidad. Paraguay no tiene segunda vuelta electoral. En las últimas elecciones (2023) el 60% del electorado votó en contra del Partido Colorado, pero divididos en dos grupos facilitaron la victoria del mismo partido.

Paraguay, un país que vivió aislado durante mucho tiempo, libra, como el carácter de su gente, una batalla entre sus grandes posibilidades y la realidad que lo mantiene en niveles que no se corresponden con su potencial.

Cuando al exministro canadiense Trudeau le preguntaron por la gran frontera común con Estados Unidos que tiene su país, respondió: “Es como dormir con un elefante todas las noches. Se mueve y te golpea, te abraza y te rompe las costillas o te besa y te aplasta las mejillas”. Paraguay duerme todas las noches con dos elefantes, algo más pequeños que el de Estados Unidos, pero sus efectos son similares en un país insular que tiene mucho que arreglar en su interior para aprovechar las oportunidades que se abren en el mundo.

Si se invirtiera más en educación, las cosas podrían cambiar radicalmente. La dictadura de Stroessner lo hizo con un magro 1% anual en 35 años, la democracia: 3,4%. La UNESCO habla de un mínimo de 7% necesario para aprovechar el bono demográfico y lograr lo que los coreanos en circunstancias similares en 1964.

La apertura al mundo ha traído grandes cambios al país. Las inversiones extranjeras se han multiplicado, la macroeconomía luce vigorosa pero los problemas sociales de gran parte de la población requieren ser ajustados para evitar los altos costos del crimen organizado que desincentivan la inversión y generan ciertos temores hacia el futuro.

La isla rodeada de tierra va tejiendo vínculos con un mundo nuevo y desconocido del que vivió lejos y cerrado durante mucho tiempo. La primera generación de paraguayos nacidos fuera de la tiranía es mayoría pero aún no ha logrado tener poder y cambiar la ecuación de los años y de la historia. Pero está cerca de hacerlo.

Benjamín Fernández Bogado es ex rector universitario y autor de más de veinte libros. Fue becario Nieman en 2000 y profesor visitante DRCLAS en 2008. Es periodista, abogado y un “provocador de una nueva era”.

 

Equipo Periodistico
Equipo Periodistico
Equipo de Periodistas del Diario El Independiente. Expertos en Historias urbanas. Yeruti Salcedo, John Walter Ferrari, Víctor Ortiz.

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