Por Carlos Ibarrola
El Paraguay lleva décadas presumiendo de su escasa presión tributaria como un anzuelo para los inversores del mundo, que a través de los años han demostrado un escaso interés en invertir en Paraguay. Informes internacionales (Doing Business 2020; Index of Economic Freedom; Forbes, 2018) señalan a la falta de seguridad jurídica como uno de los mayores inhibidores para las inversiones. Para decirlo en castellano, los derechos de propiedad son débiles porque la justicia no es independiente y, además, hoy responde a los intereses de un grupo empresarial vinculado a la política y a negocios ilícitos como el contrabando de cigarrillos (Iglesias, R. M. et al., 2018; Benoit Gomis, K. L. et al., 2018). Está claro que estamos hablando de Horacio Cartes, conocido por la justicia brasileña como el jefe del crimen organizado transnacional, como recurrentemente lo recuerda Efraín Alegre, presidente del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA) y dos veces candidato a la Presidencia de la República.
Conforme pasan los años el poder político de Horacio Cartes se hace cada vez más evidente, su movimiento Honor Colorado se ha convertido en un poderoso corruptor del sistema y se presume que ha comprado voluntades en casi todos los partidos políticos del país. Sus influencias llegan incluso a los ministerios del actual Gobierno y a la Corte Suprema de Justicia, donde ostentaría una mayoría afín.
Horacio Cartes, a través de Sandra Quiñonez, es sindicado, además, de manipular al representante de la sociedad ante la Justicia para su propia conveniencia. Solo hace falta ver la imputación con la que pretenden ensuciar a Efraín Alegre para entender que ya ni siquiera les importan las formas o las apariencias, presentando un acta de imputación en el cual “olvidaron” señalar el hecho que se le atribuye, acaso acostumbrados a lidiar con jueces complacientes. Así, la Fiscalía General de la Estado ha actuado torpemente para eliminar al enemigo común de Mario Abdo Benítez y Horacio Cartes. Sin embargo, todavía esperamos que investiguen la relación entre Cartes y Messer, lo que sucedió realmente en la masacre de Curuguaty, que se esclarezca la muerte de Rodrigo Quintana, las resultas de las investigaciones con relación al acta bilateral entreguista o que nos digan quiénes son los responsables del fraude del Metrobús. Ninguna de estas respuestas le conviene a “la mafia”, como diría Alegre.
La semana pasada, los medios de prensa pertenecientes al Grupo Cartes se pasaron denunciando un supuesto fraude del PLRA, consistente en 13.000 millones de guaraníes en perjuicio del PLRA, y que los habría gastado en combustible. La mentira era tan grande que alcanzaba casi la mitad do todo el presupuesto de la campaña del PLRA a nivel nacional y 23 veces lo realmente gastado en concepto de trasportes y desplazamientos. Fue motivo de tapa del Diario La Nación cuatro veces en una semana y tuvo circulación en varios canales televisivos. Aunque el impacto causado por los medios de Cartes fue escaso, ya que el desprestigio de los mismos es tal que ni sirven para causar algún daño político, a diferencia de su brazo judicial.
Efraín Alegre ha ocupado su tiempo en arremeter —primero— contra las irregularidades en las binacionales, denunciando con éxito y un gran acompañamiento popular el Acuerdo Abdo-Bolsonaro, hasta que el Gobierno finalmente se retractó, pagando un alto costo en el camino, dividiendo el bastón de mando para compartirlo con Horacio Cartes, y así sostener su puesto ante un inminente juicio político.
Posteriormente, Alegre promovió la derogación del Acuerdo Cartes Macri en Yacyretá, por considerarlo perjudicial para la soberanía energética paraguaya y recorriendo —para el efecto— casi todo el territorio nacional e incluso los países vecinos. Lamentablemente esta causa no tuvo éxito. Para ese entonces, Abdo y Cartes ya habían configurado una sólida mayoría en el Congreso.
El presidente del PLRA articuló en el tiempo un discurso que impacta seriamente en el gobierno y en Honor Colorado, promoviendo causas esenciales para el desarrollo del país y que le preocupan a la gente, como la eliminación de los salarios astronómicos y los privilegios de la función pública, la equidad tributaria, el impuesto a la soja, el impuesto al tabaco… todos temas sensibles para el gobierno de Mario Abdo y para los intereses de Horacio Cartes.
Además, también ha realizado denuncias frontales y subidas de tono sobre los casos de corrupción en los que está envuelto el Gobierno y con los que se ha rifado el dinero del préstamo de 1600 millones de dólares para combatir el COVID-19. Preguntando en repetidas oportunidades ¿Dónde están los 1.600 millones de dólares?
De manera directa, y sin medias tintas, señaló insistentemente a Horacio Cartes en múltiples y difundidas ocasiones como el responsable de la mafia que gobierna al Paraguay, además de apuntarlo como el jefe del crimen organizado transnacional, textualmente citado, valiéndose de que la misma justicia brasileña se habría referido al expresidente de esa manera.
También denunció el copamiento de poder que Cartes realiza a través de la compra de voluntades que ejecuta incluso dentro de su propio partido, el PLRA. De hecho, recientemente, Alegre, amparado en el reglamento partidario, tomo la decisión de excluir a los representantes del llanismo (afines a Blas Llano) del Directorio del PLRA por sus reiteradas inasistencias a las sesiones del Directorio, motivado a su vez por responder a los intereses del partido de Gobierno antes que a las necesidades de la gente. Como dato anecdótico, la senadora Zulma Gómez (llanista) se había declarado abiertamente cartista a través de la red social Twitter, confirmando lo que hace tiempo era un secreto a voces, el llanismo no es más que el ala cartista del PLRA.
Pero Alegre se mostrado sistemático en sus denuncias y en su activismo político que, hoy por hoy, la existencia de una mafia instalada en el poder que gira en torno a Horacio Cartes es un hecho asumido por la gente, revelado por su abierto activismo en bloquear toda iniciativa que contribuya a obstaculizar el contrabando de cigarrillos. Alegre ha logrado promover con éxito la causa que él mismo bautizó como #ParaguaySinMafias, que hasta el momento ni el oficialismo, ni el sector liderado por Horacio Cartes han podido contrarrestar. Tristemente, esto le valió una impresentable imputación sin sustento jurídico alguno, lo que confirma que en Paraguay la justicia se teje a medida según las necesidades políticas de Cartes.
Sin embargo, no es la primera vez que la justicia paraguaya realiza imputaciones solo con fines políticos, ya sucedió en el pasado con Rafael Filizzola en el caso de los helicópteros y con Salyn Buzarquis sobre su gestión en el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones, así también con el mismo Efraín Alegre y la “ruta fantasma”. Imputaciones a medida para restarle crédito político a la oposición. Es que el mal de la calumnia es como una mancha de aceite ante la ciudadanía.
Lo cierto y concreto es que varios son los políticos que intentan enfáticamente representar a la ciudadanía desde un rol opositor agresivo, intentando ganarse el corazón de la gente como buque insignia de la oposición, como Carlos Rejala, Kattya González, Paraguayo Cubas, Desirée Masi, Víctor Ríos o Salyn Buzarquis, entre otros. Pero al parecer, la piedra en el zapato de Horacio Cartes y Mario Abdo Benítez es la misma desde hace casi una década.