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Una estadista en mayúsculas

El ser presidente o jefe de gobierno de un país o grupo humano es una de las misiones más serias que existe entre la lista de empleos u oficios que puede llegar a tener el ser humano por la elevada demanda que sugiere el cargo.

Alemania es un país de casi 100 millones de habitantes y es la quinta economía del mundo donde la señora Angela Merkel está poniendo punto final a sus 16 años al frente del gobierno de su país. Todavía no se va, pero ya comienzan a extrañarla por su buena gestión y legado.

Alemania por ley considera justo 5 años como tiempo para un jefe de gobierno al que también denomina Canciller. El presidente en Alemania tiene un cargo más de compromisario, pero no lidia con las cosas de todos los días como sí lo hace el jefe de gobierno.

Angela Merkel, nacida en Hamburgo, educada en la ex RDA, doctora en física cuántica y quien usa el apellido de su marido del que está divorciada, no es una extraterrestre, es una mujer de 66 años que gobernó 16 años como jefe de gobierno.

​​Fue estudiante de física en la Universidad de Leipzig entre 1973 y 1978, en la que se licenció con una tesis sobre química cuántica titulada «Influencia de la correlación espacial en la velocidad de reacción de reacciones elementales bimoleculares en los medios densos».​ Obtuvo una calificación de «sobresaliente».

Merkel ha demostrado que para ejercer algún puesto en política cuenta más que los títulos que coleccione en su pared o escritorio y que es su sensibilidad y eficacia en el cargo.

El legado de la canciller
En la red, televisión y otros medios de comunicación se ve mucho material sobre su legado en el cargo. Ella deja la sensación de ser un ícono por lograr progreso y estabilidad para una clase social que decide dejar como legado esta dama que ahora prepara dejar su espacio a Olaf Scholz, un socialdemócrata electo el pasado domingo por un estrecho margen por sobre el candidato del partido de Merkel.

Termina un ciclo y empieza otro como todo en la vida que demanda mantener delicadeza, suavidad y efectividad en la transición. La verdad es que ningún líder europeo ha estado más tiempo al frente del gobierno y ninguno ha sorteado tantas crisis como ella.

Esto habla bien de su firme espíritu para asumir y permanecer un buen tiempo en el recuerdo de su pueblo y del mundo.

Ningún otro líder democrático en Europa ha durado más tiempo, y Merkel deja su cargo como la política más popular de Alemania y muchas elecciones para aprender por parte de políticos nuestros que se van para acabar en el olvido por corruptos o incompetentes. Angela Merkel debe ser un caso de estudio sobre buena gestión en la política.

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