Dibujo, fotografía, pintura, cerámica, grabado y un sinfín de disciplinas, si te contamos que todo esto fue fusionado a una pantalla de karanda’y te parecerá inédito. Pero en el arte se puede lograr hasta lo impensable.
Alfred Pajés, coordinador general de la exposición, expresó que no pensó que su convocatoria para una exposición, llegaría a más de 100 artistas para convertir un elemento cotidiano a una obra de arte con diferentes técnicas y formas.
En sí misma una pantalla ya es una obra de arte. Alfred refirió que una pantalla se compra para hacer el asado y queda así, no se reconoce el trabajo detrás de las familias que dedican mucho esfuerzo en hacer los abanicos de karanda’y.
“Cuando un artista lo interviene se toma consciencia de que ese elemento cotidiano constituye una obra de arte y una herencia de los pueblos indígenas”, subraya que enriquecen la puesta cultural y colectiva. La temática de la exposición es que no hay temática, comenta Alfred, cada artista se encargó de plasmar su arte sin restricción alguna.
La intención de la exposición nació de las ganas de hacer algo para reunir a los artistas independientemente a su trayectoria y a la disciplina que abordan. Convertir la iniciativa en una exposición inclusiva, afianzar el colectivo de artistas y crear algo diferente en el aspecto cultural para enriquecer a los mismos artistas, explica.
Durante la consecución del proyecto Alfred quedó sorprendido con la forma de abordaje de los artistas al toparse con un lienzo poco convencional como las pantallas para crear arte. Otra experiencia positiva que tuvo fue el interés de los artistas en demostrar su trabajo. “Artistas de todos lados se acercaron, expresaron su interés de participar, mostrar su arte, su trabajo y a través de eso comunicarse con el público” señala.
INTERNACIONAL
La exposición colectiva ofrece un vasto enriquecimiento cultural, la contribución de los artistas desde su punto de vista y de países como Cuba, Argentina, Uruguay, Brasil y Francia aumentan la perspectiva y creatividad artísticas.
Alfred destacó entusiasmado que espera que la exposición se vuelva itinerante, que pueda recorrer las ciudades de los embajadores de Soplar el arte: Concepción, Encarnación, Pedro Juan Caballero y por qué no exponer igualmente en los países de los artistas internacionales que remitieron sus obras. La exposición sigue hasta el 21 de septiembre en el Centro Cultural Juan de Salazar. De acceso libre y gratuito de lunes a viernes de 9:00 a 21:00 horas y los sábados de 9:00 a 18:00 horas.