Nos estamos muriendo como moscas en el Paraguay, 78 es la cifra más alta desde que inició el Coronavirus en marzo del año pasado. No hay respuestas eficaces ni eficientes desde el gobierno, que está absolutamente perdido y confundido.
El sábado pasado su viceministra afirmó que no saben a quienes van a vacunar, porque no tienen una plataforma digital para dicho propósito. Varias organizaciones privadas se ofrecieron para organizar dicha tarea, que llevó al Diario 5 días desarrollar en mediodía todo un sistema que pueda permitir que las personas, al menos mayores de 80 años, tengan acceso a una vacuna.
En realidad, la viceministra lo que hizo fue simplemente buscar un justificativo, un pretexto, para decir aquello que no pueden hacer, porque porque carecen de vacunas. En el Paraguay existen casi 500.000 personas de esa edad de adulto mayor, por lo que necesitan un total de casi 1.600.000 dosis; eso no se encuentra disponible, tenemos 168.000 dosis, de las cuales se utilizaron ya más de 60.
Hay 100.000 disponibles y, lógico, no quieren una manifestación de gente adulta que cierre la calle Luis A. Herrera frente al Ministerio de Salud con las consabidas consecuencias que esto puede suponer en la vida de nuestros adultos mayores.
El sistema de salud sigue colapsado, completamente desbordado, tienen dinero para comprar medicamentos, pero no tienen gente que realmente les provea para dicho propósito porque no planificaron dicha tarea. Tampoco tienen idea de cómo vacunar, si es que tuvieran vacunas y tampoco saben qué vacuna comprar porque no hicieron las reservas en tiempo y en modo.
En definitiva, los 78 muertos del domingo, o los ciento y tanto por día que calcula la Universidad de Washington, es el escenario más trágico, horroroso y negro que podemos presagiar en esta situación de coronavirus y de pandemia que ha demostrado lo absolutamente gangrenado que está de corrupción el sistema público paraguayo. Si no cambiamos pronto, seguiremos contando y lamentando nuestros muertos.
