Los políticos locales creen, tontamente, que se ha dejado atrás la crisis política con el rechazo al juicio político de Abdo y de Velázquez; están muy equivocados. En realidad, el problema político continúa instalado desde hace bastante tiempo, lo que aparecen son erupciones cutáneas de la crisis de vez en cuando pero, hoy en día, debemos decir que, lamentablemente, las instituciones no son capaces de entender la gravedad del momento y hoy se está deliberando en las calles,
En los hospitales, en los lugares donde no hay empleo porque los sitios han sido cerrados, en esos lugares se está deliberando la circunstancia y la política. En circunstancias como estas, la posibilidad de corregir rumbos desde adentro se limita a un solo propósito, protegerse contra todo tipo de arrebato del poder que pretendan plantear.
Los políticos deben volver a entender y a reconciliarse con sus mandantes. No es suficiente con observar su degradación porque finalmente con ella también va parte de este sistema democrático que hemos decidido abrazar en corresponsabilidad entre todos.
El Presidente de la República no puede continuar siendo ciego, sordo y mudo ante la realidad que vivimos. Sigue sin hablar y sin expresar su preocupación, su motivo de enmienda o su renuncia. Cualquiera de las tres cosas es importante cuando un pueblo como este está deliberando en las calles o contando sus muertos en los hospitales.
