Comentario 3×3
De las tantas definiciones que el Partido Colorado cree poder encontrar para sintonizar con el momento histórico que vive. Ahora surge la calificación de que es un partido provida y que va a luchar por los tres conceptos fascistas más repetidos en los últimos 100 años: Dios, Patria y Familia.
El Partido Colorado en realidad tiene una gran indefinición ideológica. Nació siendo un partido conservador en lo social y liberal en lo económico. Con el tiempo fue agregando otros factores, como el hecho de ser un partido que reivindicaba las gestas de los luchadores de la guerra de 1870 y varios de ellos apuntaron sus baterías en torno a la reivindicación de la figura de López.
Después surgieron otros que dijeron que era un partido agraristas y que como tal tendría que luchar por los intereses mayoritarios de los campesinos, de los labriegos. Después apareció otro grupo que dijo que el Partido Colorado era socialista, humanista, eran los tiempos del socialismo del siglo XXI y el que pegaba el grito en cuello era Nicanor Duarte Frutos, en ese momento presidente del Paraguay.
Ahora, el ex presidente Cartes trata de definir al Partido Colorado en torno a lo que él cree es el momento y la oportunidad, un partido profamilia y en ese camino ha buscado poner una soga al cuello a la ministra de la Niñez en el tema de las cuestiones discutidas en torno al género.
El Partido Colorado en realidad tiene un grave problema de identidad. No sabe realmente lo que es y no sabe a quién debe dirigir su mensaje. Va utilizando eslóganes publicitarios para tratar de atraer la mayor cantidad de gente, y en el caso último de estos días, la definición de ser un partido provida lo único que refleja en realidad es tratar de ponerse en lo que ahora es la nueva tendencia en los partidos conservadores de derecha, bastante venido a menos con la derrota de Donald Trump en los Estados Unidos.
El Partido Colorado debería reinventarse con una convención ideológica en donde defina qué es lo que es, o tal vez empezando qué es lo que no es, porque a partir de eso podría encontrar por fin la cuestión de la identidad, que es un problema de un diván psiquiátrico, pero en el caso del Paraguay es del partido mayoritario del gobierno hace más de 70 años.
