viernes, septiembre 19

Un golpe a la creatividad nacional, un perjuicio a los artistas

Imagen de referencia

El reciente decreto firmado por el presidente Santiago Peña, que reduce en un 50% la tarifa de copia privada y, en consecuencia, las regalías de los creadores paraguayos, representa un duro revés para la cultura y la economía creativa del país. Bajo el argumento de incentivar el turismo de compras, el Gobierno ha decidido sacrificar los derechos y el sustento de más de 8.000 artistas y sus familias, quienes dependen de estos ingresos para continuar produciendo y difundiendo la identidad nacional.

El derecho de copia privada, consagrado por la Ley 1328/98 y reglamentado por el decreto 4212/15, es una remuneración compensatoria que pertenece a los creadores y no constituye un impuesto estatal. Por tanto, la intervención de esta administración en la fijación de sus tarifas sienta un precedente alarmante sobre la intromisión en derechos privados y debilita la protección legal que artistas, intérpretes y productores han conquistado tras años de lucha.

La reducción de estas regalías no solo afecta a músicos y compositores, sino que golpea a toda la cadena de valor cultural, intérpretes, productores, técnicos y sus familias ven mermados sus ingresos en un contexto ya adverso para el sector. En un país donde el apoyo estatal al arte es históricamente insuficiente, esta medida profundiza la precarización y desincentiva la producción artística local.

Resulta paradójico que un gobierno que en campaña declaró su apoyo a los artistas, hoy tome una decisión que atenta directamente contra su bienestar y la preservación del patrimonio cultural. Incentivar el turismo es una meta legítima, pero no puede hacerse a costa de debilitar los cimientos de la cultura nacional. Las asociaciones de autores y artistas lo han dejado claro, apoyar el turismo no debe significar sacrificar los derechos de quienes dan vida y voz a la identidad paraguaya.

La cultura no es un lujo, sino un motor de desarrollo económico y cohesión social. Menoscabar los ingresos de los creadores es condenar a la invisibilidad a nuevas generaciones de artistas y empobrecer el acervo cultural del país. El Estado debe ser garante y promotor de los derechos culturales, no su principal obstáculo.

La decisión de reducir las regalías es un retroceso que debe ser revisado. La economía creativa necesita incentivos, no trabas. Defender los derechos de los artistas es defender el futuro y la diversidad de Paraguay. No se equivoque con esto Sr. Presidente.