Comentario 3×3
Las chicanas jurídicas están a la orden del día en nuestro sistema judicial bastante putrefacto. Un buen abogado se mide en función de su capacidad para anteponer cuestiones de carácter procedimental que a la cuestión de fondo que deba tratarse.
Hay muchas personas que deberían haber sido condenadas por delito, que simplemente se salvaron porque sus abogados tuvieron la capacidad de dilatar, de posponer, de prorrogar indefinidamente un caso determinado que terminó acabando por no ser sancionado, porque pasó el tiempo establecido para dicha función.
El sistema judicial requiere un cambio enorme en esto y tendría que plantearse dentro de una reforma del Código Procesal, que es en donde realmente se cocinan estas cuestiones.
Debemos volver a confiar en un sistema que realmente privilegie la justicia. El derecho finalmente es un instrumento de ella, está a su servicio y no está, por el contrario, para evitar que realmente se haga justicia como se debiera. Los procedimientos tienen que ser más sumarios, más abreviados y fundamentalmente, menos orientados a las chicanas jurídicas.
