Veníamos bien. Se daba casi por hecho que el Censo 2022 iba a ser un instrumento de extrema utilidad para toda clase de actividades. Con ese fin se decretó un feriado para inmovilizar a la población y asegurar que cada hogar tuviera una persona calificada para responder las setenta y pico de preguntas.
¿Qué dio por sentado la población? Que todo se realizaría ese miércoles 9 de noviembre y luego, a esperar los resultados. Sin embargo, las expectativas se desmoronaron al comprobarse que una porción hasta ahora no determinada de censistas faltó a la cita, poniendo en serio peligro la eficacia del censo. Ahora se habla de jornadas de recuperación para visitar aquellos hogares que denunciaron la ausencia de censistas, prolongando la vigencia de la toma de datos hasta el 24 del presente mes.
No hace falta decir que un censo nacional de población y vivienda no es un emprendimiento sencillo ni fácil de llevar a la práctica. Pero dadas las etapas previas desarrolladas con el censo experimental, todo indicaba que las cosas transcurrirían con mayor normalidad. Algo falló y es lo que en el Congreso quieren dilucidar para lo cual han citado al director del Instituto Nacional de Estadística, ejecutor del Censo 2022.
Dos países consocios del Mercosur que también emprendieron una etapa censal similar son Argentina y Brasil. El primero, pese a algunas denuncias de incompetencia o liviandad en el trabajo de una porción de los censistas contratados, la tarea pudo ser ejecutada con un alto grado de cobertura. Los resultados estarían listos y disponibles para fines de diciembre, tardanza que llamó la atención de algunos analistas quienes afirman que en la era digital y los algoritmos, los datos deberían salir mucho antes. Brasil también está en pleno censo y ya alcanzó un 50% de cobertura, estimándose que para los primeros días de diciembre concluirían las tareas de recolección de datos y para fin de año entregarían a la opinión pública los primeros resultados.
Las áreas que tuvieron la cobertura más baja de censistas son Asunción, Central y Alto Paraná, tres de los conglomerados urbanos más densos del país. El INE dice estar concentrando allí personal suficiente para remediar el hueco estadístico dejado por una jornada incompleta. Es de esperar que el operativo complementario en la cosecha de datos de resultados y salven la fruta. Es vital.