Asunción, Ciudad del Esta y Encarnación forman parte de un triángulo que, trabajosamente, va adquiriendo una conformación en la que se concentra la mayor parte de las actividades que podrían, en un futuro no demasiado lejano, cristalizar en grandes centros de innovación y propuestas en el mundo de los negocios y los servicios.
De las tres ciudades, Encarnación es la que parece mejor orientada hacia una ciudad moderna, con calidad de vida para sus habitantes. Siendo entre las tres la menor poblada, ha sabido sin embargo dominar aspectos como la conectividad vial, el medioambiente urbano y el orden ciudadano. Está aún muy lejos de alcanzar su potencial pero tiene todas las bases necesarias para lograrlo.
Ciudad del Este no puede deshacerse de su pasivo más denso que es lidiar con los efectos devastadores de la corrupción que ha arrasado su administración y postergado prácticamente sine die el abordaje de etapas más ambiciosas de realización como ciudad. La obra más grande de impacto urbano actualmente en construcción –el superviaducto- está financiada por Itaipú, tal como en Asunción, todos los accesos, túneles, viaductos y costaneras son encarados por el Ministerio de Obras Públicas con bonos o fondos de organismos regionales de cooperación.
Finalmente, Asunción, un municipio prácticamente sin recursos propios más que para pagar salarios de personal y prestar algunos servicios. Como ciudad capital, ha sido incapaz hasta ahora de encabezar alguna corriente de renovación creando centros de capacitación, de fomento de las start ups y convertirse en una suerte de faro para la innovación que concentre los últimos avances en las tecnologías de la información y la comunicación. Ni siquiera, administración tras administración, el municipio ha sido capaz de solucionar el viejo problema de las inundaciones, con poblaciones marginales eternamente desplazadas con cada emergencia, llenando plazas y paseos públicos con enorme deterioro de espacios comunes y mobiliario urbano.
Son tres ciudades cabecera que debieran desarrollar modelos que inspiren a otras ciudades del país en planificación, ejecución y modernización del servicio urbano. En pleno año electoral, veremos otra lucha de caciques por cuotas de poder y ni una sola idea innovadora.
