El terrible padecimiento del tránsito en Asunción y del Departamento Central, lo que se denomina Gran Asunción, es una cuestión que requiere un tratamiento de urgencia. No se puede seguir esperando que algo pase de manera milagrosa cuando no se está trabajando en la cuestión central que es desarrollar un sistema de transporte público masivo que realmente sirva para desalentar la salida de vehículos privados con destino a los lugares de trabajo.
Hemos tenido ya sobrepasada la capacidad de nuestras principales arterias desde hace una buena cantidad de tiempo y no estamos tomando los recaudos necesarios para enfrentar este problema. El metrobús ha sido un soberano fracaso del gobierno de Cartes y no hemos tenido desde allí, y menos aún con la crisis del petróleo y los altos precios de los combustibles, nadie que plantee la utilización de trolebuses o también de vehículos que serán movidos a energía eléctrica como tranvías u otro tipo de bloqueo bocio que tenga la misma matriz energética diferente.
Ni las crisis nos hacen cambiar, ni ellas realmente producen una voluntad de hacer que las cosas se alteren de lo que ahora algunos creen que es la única normalidad que conocemos.
El trasladarse unos quince o veinte kilómetros sin que eso implique una hora y media, o dos en algunos casos, es una enorme cantidad de pérdida de tiempo en la vida de cualquier persona.
Debemos limitarnos a buscar opciones que sean claras y contundentes y a premiar y buscar candidatos políticos que hablan de estos temas de la gente, para la gente, y que gobiernen en su beneficio.