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Trabajar en tiempos inciertos

El origen de la palabra trabajar no es nada feliz ni motivante para optar por conjugar  este verbo ya que viene del latin  *tripaliare ‘torturar’, derivado de tripalium ‘especie de cepo o instrumento de tortura’, compuesto de tres ‘tres’ y palus ‘poste, estaca’, por los tres maderos cruzados que formaban dicho instrumento, al cual era atado el reo.

Muchas personas toman lan la acción de trabajar como una forma de tortura hasta que llegue el final del mismo o se realicen pausas  por feriados cómo el dia del trabajador  cada 1 de mayo en Paraguay   y otros paises del mundo con excepcion de EEUU donde el momento  no les resulta grata por las muertes en Chicago en dicha fecha.

Un escritor norteamericano de nombre Jeremy Rikin escribió un libro llamado “El fin del trabajo” título que para algunos causaría felicidad más en dicho texto el  analista  piensa sobre los cambios que enfrenta la humanidad reemplazando las máquinas industriales por los sofisticados algoritmos de las computadoras. Un mundo que presenta resultados más eficaces en menor tiempo y con perspectivas y resultados diferentes a los que estábamos acostumbrados. Con la pandemia las fábricas y oficinas han mutado por los homeworking o trabajos en casa que agregan nuevos retos a la organizaciòn del tiempo de las personas.

El producir, trabajar o ser torturado cómo indica su etimología es algo que no debe ser visto cómo un castigo sino hoy día y ahora más que nunca cómo una oportunidad.  En Paraguay mas de un cuarto de millón de personas han perdido sus empleos en tiempos de pandemia por lo que el trabajo pasa a ser una bendición y no un castigo para los tiempos que corren. Aunque en Paraguay se haya posicionado como el país con menor tasa de desempleo en la región, al cierre del 2020, la tasa general de afectación bajó del 19 por ciento al 14,9 por ciento, y en lo que respecta específicamente a la tasa de desocupación bajó de 8,2 por ciento a 7,2 por ciento. Estos números pueden subir más no bajar cómo las cifras  de caídos por el virus.

CREAR EN TIEMPOS DE DESTRUCCIÓN
Para evitar que más empleos caigan, esta pandemia nos abre una oportunidad el de  cambiar el hecho de ir a un lugar para estar haciendo algo o nada y depender de un salario mensual que ahora por la cantidad de desempleados no habrá suficiente plata lana y/o guita para cubrir necesidades básicas. Es el tiempo de los emprendedores y acostumbrados  a flexibilizar sus tiempos laborales y de creaciòn.

Necesidades que se harán mayor en el futuro si no hacemos cambios grandes para evitar emular en vida el título del periodista argentino Andrés  Oppenheimer: “Sálvese quien pueda” que hace una descripción de cómo por falta de preparación, información o interés dejamos que las nuevas tecnologías nos devoren reemplazando muchos de los trabajos conocidos  y haciendo que Rifkin y el título de su libro: “El fin del trabajo” termine por llevarnos al título del segundo texto de: salvarnos los que podamos.

Desafortunadamente los cambios en la forma de entender y usar las nuevas herramientas que día a día existen no han sido enseñadas para utilizarlas  para algo más productivo cómo el trabajar y no caer desempleados en este tiempo de mutación  agresiva en pandemia.

Jeremy Rifkin, ahora consultor de los gobiernos de Alemania y China y antes de Clinton,  resalta  la mutación del mercado al supermercado donde la variedad de ofertas y servicios es mayor y ese modelo de trabajo es el que propone adaptarnos a los cambios y no dejar que los cambios pongan fin a nosotros en el trabajo.

Son tiempos difíciles y complejos. Este primero de mayo pasará como uno de los mas dolorosos para la economía mundial con fuertes efectos en el sector de los empleos. Es el momento de imaginar nuevas opciones en una pandemia que no solo lleva vidas sino esperanzas de realización en el trabajo.

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