Dice la derecha, la más conservadora, la del Partido Patria Querida, que es tolerante y espera unidad con la izquierda moderada. ¿Qué tolera? ¿Qué debemos moderar los y las izquierdistas?
El diputado patriqueridista Sebastián Villarejo habló de hacer un gran esfuerzo para que tolerantes y moderados se unan y asuman el poder en el 2023, pero “tolerante y moderado” es una película cuyo final ya conocemos, claro, es un remake de “Outsider”, ya sabemos que no cambia nada, que la claque privilegiada seguirá acumulando riqueza en detrimento del pueblo.
Patria Querida dice que no tolera la corrupción pero tolera que la familia de su senador Fidel Zavala haya recibo tierras malhabidas durante la dictadura de Alfredo Stroessner y que hoy tenga la propiedad de manera irregular de tierras protegidas; tolera que la familia del otro senador Stephan Rasmussen haya ocupado calles para estacionamiento de su Shopping; tolera que el diputado Sebastián García opere para beneficiar a empresas amigas y así dejar sin poder recuperar su dinero a las personas que adquirieron entradas este año para espectáculos suspendidos o que su presidente Miguel Carrizosa de manera prepotente intente impedir la prohibición de giro a la izquierda en una calle porque consideraba que perjudicaba su negocio.
Aquí no hay moderación posible, son hechos de corrupción y tráfico de influencias.
Lo cierto es que la tolerancia se les acaba cuando se trata de lucha social, organización y movilización, tanto que el concejal patriaqueridista Álvaro Grau presentó denuncia contra los campesinos y las campesinas por manifestarse en Asunción. Tanta saña con un sector tan abandonado en sus derechos solo demuestra lo miserable de la ideología de su sector político.
Pero lo que les parece intolerable y cuestionan sin disimulo son los derechos laborales, siempre abogan por leyes de precarización y llaman privilegios a los derechos. Por cierto su fundador, Pedro Fadul, fue denunciado por despidos injustificados y no pago de indemnización correspondiente.
Tampoco toleran lo público, porque claro, no les genera ganancia a los empresarios a quienes representan (y bastante bien hay que admitirlo), así que siempre están planteando privatizaciones.
Gracias por su tolerancia, pero lo que necesitamos es acceso a nuestros derechos, no vamos a moderar nuestra lucha por alcanzar una vida digna.
