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Tener o ser

Me dirán; Iñaki, estamos a más de un més de la Navidad y volvés a insistir en el consumo y cómo este incide en nuestra vida, El 2023 discretamente va cerrando su undécimo mes y a su vez en el mismo silencio abre las puertas a los últimos 31 días de los 365 que vivimos, gracias a todo lo que haya conspirado para eso con salud y comodidades.

Todo  no hubiese sido posible sin sanas rutinas, trabajo y todo lo que sirve para producir equilibradamente para tener lo que nos sirva para invertir, ahorrar y tener finanzas en orden. Es normal que  varíen su estado en el último mes donde en ocasión de las fiestas y encuentros de fin de año tendemos a gastar por nosotros o por la persona con la que tengamos afinidad. 

Todo eso nos puede ayudar si no muestra tanto interés por lo material o el tener algo y está más concentrada en la calidad en el ser. Ahora va quedando de lado o dejando de preocupar a la gente que está más concentrada o enfocada en tener algo que lo haga sentir o ser una diferente o mejor persona cuando en realidad si eso que logramos obtener o tener no cumple una función útil en nuestra vida y solo ocupa un lugar en nuestro escritorio, oficina o habitación. Esos  son lugares en los que trabajamos, descansamos, estudiamos o pensamos en lo que debemos corregir para ser mejores seres humanos en un mundo donde parece tener preeminencia lo que uno tiene que lo que sea, lo que piense o sienta.

A su vez sea porque en el tiempo, vale la pena meditar sobre lo siguiente  también; fuimos perdiendo la capacidad de dialogar y usar las palabras para comunicar entre nosotros y para nosotros las ideas que al hablar con alguién más también podemos escucharnos, evaluar y concluir acerca del estado en que se encuentre nuestro ser que vale mucho más que lo que tengamos. 

Cada vez mas cerca del final

El tiempo no pasa, sino vuela, la semana que viene cerramos noviembre y abrimos diciembre, tenemos tiempo para reflexionar acerca de lo que haremos y cómo haremos nuestras navidades, fines de año y últimos encuentros del 2023. Para que tengan un valor importante y la capacidad de quedar en la mente de nosotros y las personas invitadas al ágape, que debe tener cosas más importantes que lo que se comería, cómo nos veríamos o los regalos que haríamos entre los presentes.

Obsequios que deben tener un trascendente significado más allá de lucir atractivos o ser de una marca importante y valioso costo. Finalmente, cualquier agasajo se hace importante si responde a una real necesidad que tengamos y a su vez conteste a lo que hayamos planteado en una conversación, que vale mucho más que solo hablar, discutir, bromear, sino también según el escritor y conocedor en neurología argentino Mariano Sigman que describe en su libro “el poder de las palabras”, que las buenas conversaciones mejoran la toma de decisiones, las ideas, la memoria y la vida emocional y, así, pueden cambiar tu vida.

Mejorar la cercania

El estar frente a frente donde, cuando y con quién sea, hablando de cualquier cosa que nos importe sirve mucho para poder escuchar y a su vez escucharse y poder inferir el estado y calidad de nuestro ser al respecto de lo conversado.

Un ejercicio que podemos plantearnos cómo desafío para el año que viene, dejar de lado nuestras pantallas, aprovechar la gran cantidad de cafés que ya tenemos en nuestro país para darles su primigenia justificación que se trataba de una excusa para estar juntos cara a cara y poder vernos y escucharnos en aquel diálogo que sirva para apreciar bien lo que se plantee y sobre todo lo que y cómo somos ante lo que sea que forme parte de una charla. Concentrarnos en lo importante en definitiva.

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