El tatuarse el cuerpo o hacer que este pase por cirugías plásticas es algo que no gusta observar a unos pero otros gozan y disfrutan tener marcas en su piel toda la vida. Experiencia que no termina en el momento en que haya concluido el arte estético o lo que nos acompañará hasta dejar de existir en nuestra existencia sino que tendrá inviernos, veranos y cualquier condición climática que pueda incidir en nuestra salud.
Tatuarse hoy día es algo ya normal para muchos quizá por querer emular decisiones tomadas por futbolistas, artistas o referencias sociales que deciden imprimir por su piel letras, dibujos o lo que refleje su forma de ser o la identidad de grupos sociales que desee tener hasta en su piel.
Una superficie vital importante que debemos atender siempre para evitar que la suciedad o reflejos solares no solo cambien nuestra forma de vernos sino que lleguen a traspasar la epidermis para desarrollar problemas más importantes que el considerar cómo bien o mal hecho un tatuaje que puede provocar serios problemas a nuestra salud.
Los cuidados a atender
Por esta razón además de tatuarse la piel y lucir el diseño siempre en el lugar del cuerpo que se haya decidido tatuar en el cuerpo, es importante tener en cuenta las recomendaciones que den los dermatólogos que se ocupan de investigar, conocer y cuidar nuestra piel, no solo por como se vea sino como funcione.
Sin dudas el sol se ha puesto mucho más intenso en nuestros veranos que no solo existen con más fuerza sino también están más prolongados en el mundo donde existen muchas personas con la piel tatuada exponiéndose a altas temperaturas y rayos ultravioletas que aumenta el riesgo de presentar enfermedades epidérmicas.
Un tatuaje aunque sea atractivo y oportuno lucir en lugares, entornos y momentos oportunos requiere atención no solo por cómo se vea por el cuerpo de alguien sino sobre todo por los efectos que puede tener para las vidas y salud del tatuado que finalmente ya no es solo un joven, adolescente sino que hoy día ya es habitual ver a adultos,personas mayores y hasta niños con su piel tatuada. Hay que andar con cuidado.
A la que no solo debemos cuidar por su aspecto sino sobre todo para que siga trabajando bien defendiendo el interior de nuestro organismo cómo la armadura natural que tenemos de las amenazas que existan en el exterior. Al tatuarnos debemos evitar muchas cosas por ejemplo;
- Evitar la exposición al sol.
- No exponer el área tatuada al sol durante por lo menos algunas semanas.
- Evitar nadar.
Sobre todo porque nuestra piel queda no solo con otro color o diseño sino sobre todo expuesta a los peligros no solo a cómo se vea nuestra piel sino a lo más importante que es cómo funcione para nosotros cómo protector de bacterias, sustancias químicas y temperaturas extremas. Donde también se encuentran ojos que deseamos atrapar, acontecimientos o momentos oportunos para hacer que nuestra piel pueda y deba ser vista por personas que no tomen este trabajo artístico cómo una ofensa.
Que para el tatuado resulta ofensivo no lucir algo por su cuerpo o piel cómo el uso de piercings, vestimenta o tatuajes llamativos.
