Es habitual leer, escuchar o ver resúmenes de trabajos hechos por gobiernos que han terminado y lo que queda por hacer por los gobiernos entrantes aquí y en el planeta.
Ahora desafortunadamente la salud y educación continúan en la agenda de “tareas por hacer”. El nuevo director, gerente, presidente y equipo de personas electas para empezar o continuar bien trabajos hechos o iniciar programas sostenidos por políticas preestablecidas para ser sólidas plataformas a los programas, tareas y todo lo que sirva a la población. Ella no debe quedar pendiente o por hacer sino siempre lograr empezar, continuar y terminar bien lo prometido o propuesto en sus campañas.
Ahora ya es tarde volver atrás y querer enmendar lo dicho porque habemus presente y nuevas autoridades que deberán hacerse cargo de solucionar lo que esté pendiente de desenredos, refacciones y lo que ayude a tener desde instalaciones educativas en buen estado para hacer que mentes entren y salgan de sus aulas satisfechas de haber aprendido algo que les sirva para sus vidas y la de sus entornos.
Desgraciadamente ahora seguimos teniendo escuelas con techos y paredes defectuosas, problemas en sus sanitarios y todo lo que no construya sino destruya la intención de educar y aprender bien las lecciones que deba desarrollar el maestro.
Ahora hojeando las páginas de un periodico local leo un titular e historia que me llamó la atención y dice que en Paraguay existe una “salud con deudas enormes y la educación muy rezagada”.
Escuchar y actuar
En el mismo se desarrolla la lacerante situación en la que se encuentran algunos sitios donde se debe trabajar en buenas condiciones para que los proyectos de enseñar y aprender sean exitosos en nuestro hoy para que el mañana sea mejor para todos siempre en todos lados. Referentes del sector educativo hablan de problemas cómo subestima a adolescentes, violencia estudiantil, drogas en las escuelas sumado a la carencia de infraestructuras.
Este tipo de llamadas de atención se puede ver en el medio de comunicación que promovió de cerca la campaña del actual presidente que tiene unos años de intenso trabajo a favor suyo y del país que lo eligió confiando en su capacidad, formación y experiencia pasada en el estado que siempre tuvo, tiene y tendrá que hacer muchas cosas para la población. Y esto sin dejar que éste quede siempre dependiendo del trabajo estatal sino obrar juntos para ganar juntos en una democracia que ya debe ser bien entendida y utilizada por quienes existimos en y con ella desde hace más de 30 años.
Tenemos asegurada ya la libertad de manifestar nuestro desagrado ante lo que no nos parezcan maniobras, gestiones o “trabajos” desde el estado que nos debe ser útil y no cargarnos con impuestos para hacer frente a deudas hechas para nuestro bien cómo aquella que está vinculada al conocido préstamo de 1990 millones de dólares para enfrentar la pandemia y que muchos dicen acabó en los bolsillos de la corrupción.
Tenemos hoy, mañana y siempre para no crear programas, proyectos ni políticas que queden “por hacerse”, la respuesta está en nuestra conciencia para no solo de saber cómo, cuándo y dónde reclamar sino de dejar de depender y ser independientes para así tener margen de evolución y respuesta al tener reclamos o llamadas de atención en casa o fuera de ella.