El aplazo de los mejores estudiantes de secundaria ante el desafío de unas becas en Itaipú nos vuelve a plantear la idea de cómo estámos en educación y cuán contentos todavía podemos aguantar una circunstancia que nos priva de oportunidades.
Si la democracia es un sistema político definido en función de esos elementos, no es raro que tengamos una democracia que para muchos no es para nada el ámbito político donde mejor puedan desarrollarse esas oportunidades.
No hemos tenido una democracia que haya mejorado el sistema de justicia, en el que se sostuvo en su injusticia- fundamentalmente- el régimen opresivo de Stroessner. No hemos mejorado en educación, en salud, en cuestiones que tienen que ver con las posibilidades de las personas. Entender de que este “menos malo” de los sistemas políticos, como también se lo define a la democracia, nos pudiera dar mayores oportunidades a los ciudadanos.
Lo que estamos esperando es también una nueva generación de líderes políticos, porque esta democracia paraguaya está gerenciada por los mismos referentes de la dictadura. En mayor o menor medida estuvieron bien de cerca con ese sistema, mamaron del mismo o se pusieron en algunos pequeños fragmentos de la población.
Lo que queremos decir con eso es que queremos un edificio democrático que funcione, que realmente sirva para la gente, pero por el otro lado tenemos que reconocer que el edificio que hemos construido se realizó sobre la base de los escombros y los cascotes de la dictadura.