Qué hacer si no podemos derribar los aviones del narcotráfico
EE.UU. vino a poner una mano pesada sobre el país en materia de legislación sobre derribo de aviones sospechosos que ingresen a territorio nacional. Según informó el senador Jorge Querey, dos funcionarios de la embajada norteamericana advirtieron que si el Congreso avanza con la legislación que autorizaría a la Fuerza Aérea a derribar narcoaviones, EE.UU. cortaría la asistencia al arma aérea.
Más allá del tono extorsivo, inadmisible para la Nación, queda pendiente una pregunta: ¿Cuál sería la alternativa, dejar escapar al piloto con su cargamento? Eso equivaldría a renunciar a la soberanía territorial cuya custodia está asignada a las Fuerzas Armadas, un mandato constitucional de desobediencia imposible.
En todo caso, correspondería al capítulo de cooperación de gobiernos extranjeros colaborar con la apertura de una red de detección, identificación, intercepción y seguimiento de aeronaves sospechadas de estar realizando actividades ilícitas. Eso implicaría el montaje de radares de cobertura nacional, su intercomunicación, instalación de centros de control y seguimiento con personal especializado y el equipamiento apropiado. Obligaría, además, a rediseñar por completo las bases de la Fuerza Aérea dotándolas de aviones y apoyo terrestre de capacidad suficiente para imponerse a cualquier aeronave que deba ser interceptada.
Si ponemos atención a los detalles, toda esta red involucraría el entrenamiento de un plantel profesional, incluidos los pilotos de los aparatos interceptores, con las consiguientes partidas presupuestarias que permitan mantener funcionando este sistema las 24 horas siete días a la semana. Además, ante la imposibilidad legal de derribar un avión intruso y frente a su eventual abandono del espacio aéreo nacional, la red paraguaya deberá estar interconectada con sus similares de Argentina, Brasil y Bolivia a fin de que el seguimiento del vuelo en cuestión continúe de forma eficiente fuera del territorio nacional.
La pregunta es: ¿Existe semejante infraestructura regional o apenas la estamos imaginando?
Mientras este interrogante se resuelve, al Paraguay lo asiste el derecho soberano de proteger su espacio aéreo tal y como la legislación nacional y los acuerdos internacionales se lo permiten.
La hipótesis de un cielo soberano pero inerme frente al crimen organizado es inaceptable.