Foto: MRE
Las actividades de diferentes sectores del Paraguay, tratando de promover un país en donde la inversión sea atractiva, se encuentra casi siempre con el elemento insalvable de que no tenemos una justicia predecible.
No tenemos tampoco un sistema político confiable y nos hace falta entender que el mundo es un territorio donde se juegan con reglas diferentes a las nuestras.
Mientras tengamos puentes mal hechos que se desploman y no tengamos la capacidad de privilegiar las acciones que realmente hacen mejorar la calidad de vida de los nuestros, todo lo que venga de afuera pasa a ser siempre sospechoso.
Es el tiempo en que los paraguayos entendamos la nueva lógica de comprender que en el mundo, para ser reconocido y para ser avalado por los demás, nuestro comportamiento tendría que ajustarse a estándares internacionales en los que queremos reflejarlo.