Comentario 3×3
Por Benjamín Fernández Bogado
Los dos servicios básicos de agua y de luz que son generados a partir de la naturaleza, del agua propiamente, sin embargo, no tiene la eficacia de llegar hasta los hogares en términos de calidad y buen precio.
Tenemos un costo enorme en la ineficacia y la corrupción de los entes administradores que cada vez que le endilgan responsabilidades afirman que están queriendo privatizarla.
En las condiciones actuales hace bastante tiempo que ambas están privatizadas por administraciones corruptas incompetentes que han abandonado la gestión como elemento central y clave a la hora de brindar un servicio a sus usuarios que cada vez se quejan más, no sólo en tiempos de sequía, sino también en tiempos de tempestades como la que tuvimos el sábado pasado y en que casi medio millón de paraguayos quedaron sin energía eléctrica.
Muchos sectores tampoco pudieron ser servidos por agua potable en este país que tiene una ciudad capital ubicada en la vera de un río inmenso y con varios ríos subterráneos en el acuífero Guaraní y otros acuíferos similares, pero que, sin embargo, no puede garantizar el consumo de agua potable.
Ya no hablemos de los desagües cloacales inexistentes que terminan finalmente agotando y matando lagos como el Ypacaraí. En definitiva, lo que no tenemos es una forma de entender la complejidad de nuestro desarrollo urbano y de la manera en que tenemos que enfrentar estos grandes desafíos con una buena gestión, y cuando hablamos de eso, hablamos de eficacia y, por sobretodo, honestidad de propósitos.
Nadie sabe cuánto habría que invertir para que estos problemas sean historia y nadie sabe cuál debe ser el camino a tomar en las condiciones actuales. En definitiva, como no sabemos a dónde queremos llegar y no entendemos que el soberano es el usuario, nada va a cambiar de cara hacia el futuro.
