Comentario 3×3
Las discusiones estúpidas siempre surgen en este país de cinco años de Presidencia, cuando ya se ingresa a la tercera y última etapa de un mandatario. En el Paraguay, un presidente dura en funciones cinco años sin prorrogables, no hay reelección, y los dos primeros años son los más importantes en la labor de un mandatario que quiere dejar un legado.
Este presidente se ha enfrentado antes del primer año con el escándalo del Acta de Itaipú, en el segundo con la pandemia del coronavirus y ya algunos seguidores de Cartes, conociendo su debilidad, plantean una discusión en torno a una futura constituyente.
Si ni Cartes que tenía comprado a la mitad del Congreso no lo pudo hacer, menos aún habrá condiciones para por lo menos conversar sobre esta cuestión. Una constituyente es un acto importantísimo en la historia de cualquier país y no se hace a las apuradas ni llevada por una condición de buscar la elección o reelección de alguien en particular.
No están dadas las condiciones para conversar tan siquiera de una constituyente en este momento, y más todavía cuando habría que reconstruir el Paraguay después de lo que pasará con la pandemia, cuya finalización aún no la tenemos visualizada.