1. En política la palabra cuenta. Si da su palabra, sosténgala. Nada hay más importante en un político que su palabra. La política son acuerdos y negociación. Más que las leyes, lo que hace avanzar a una sociedad son sus pactos políticos. Y en ellos, la palabra es moneda de cambio. Cumpla con su palabra cuando la comprometa. Es la diferencia para que lo respeten o no.
2. En política nada es personal. Si usted se toma de manera personal los agravios de sus enemigos, no está preparado para sobrevivir en la política. La política es un campo de batalla en disputa por el poder y la relevancia. Y éstas a veces se tienen que compartir. El enemigo de hoy puede ser un aliado mañana. Si se dedica a coleccionar rencores, entonces no tendrá la frialdad e inteligencia para sobrevivir en política.
3. En política nadie está muerto. En política no se puede dar por muerto políticamente a nadie, dice la sabiduría de café. La historia está llena de ejemplos. Un buen político nunca debe confiarse. Acuérdese que el poder tiene pausas y retira momentáneamente a muchos. Pero eso no quiere decir que no volverán. La política nunca deja de sorprendernos. Por eso es tan fascinante.
4. En política no hay vacíos. En política nada se detiene. Todo continúa: ahí donde usted no está gobernando, alguien gobierna, ahí donde usted nunca se mete, alguien lo sustituye. En política como en la vida, no hay vacíos. Un buen enemigo siempre estará al acecho de los vacíos que usted deje.
5. En política no hay enemigo pequeño. La soberbia del poder hace creer más gran- de al político de lo que realmente es. Y tiende a minimizar a los demás. Incluyendo por supuesto, a sus enemigos. Esta regla siempre ha estado vigente en política. Pero ahora más. Hoy las redes sociales, que también son espacios ávidos de escándalo y escarnio, son armas al alcance de cualquiera.
6. En política no hay que meterse con la familia de sus enemigos. Aun cuando la política es una actividad dura y a veces terrible, no caiga en la bajeza de meterse con la familia de sus enemigos. Si así lo quiere, compita con rudeza con sus oponentes, pero no se meta con su familia. Guarde ese gesto de honor indispensable en la política.
7. En política hay que retirarse a tiempo. El verdadero político no se retira nunca, pero como en todos los oficios, el final es inevitable. No hay edades para ello. Cuando las circunstancias favorables y la suerte han partido, es hora de partir con ellas.