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Siete horas claves en el día de un político

  1. Las cinco de la mañana. Todo buen político debe levantarse a las cinco, para dos cosas: hacer algo de ejercicio y consultar redes y medios. Los medios y las redes construyen agenda aunque un político no quiera. Es inevitable. La información es un insumo indispensable para gobernar y para ir adelante de los problemas, cosa fundamental en política. Pero hay que saber discernir. Estamos en la era de la sobre información, e informarse demás, confunde al político. 

 

  1. Las siete de la mañana. Reunión con el equipo. Un buen político debe ser un líder de escritorio, que es donde se resuelven los grandes problemas. Tiene que escuchar y cuestionar a sus colaboradores. Siempre sobre un orden del día bien establecido. Las  reuniones tienen que ser cortas y ejecutivas. Nada de rollo y simulaciones. Menos especulaciones. El político debe estar informado de manera directa por los responsables de los temas. 

 

  1. Las nueve de la mañana. Ya informado de redes, medios y gabinete, entonces debe comenzar la agenda de reuniones con sectores, organizaciones, instituciones y personas. No puede ir a todas. Habrá de habilitar funcionarios para que lo representen. Debe evitar reuniones protocolarias que lo mantengan sentado por más de dos horas, salvo los eventos que realmente justifiquen u obliguen su presencia. Todo político debe calcular la utilidad de cada evento. 

 

  1. Las doce del mediodía. Pausa para hacer un recuento. Debe analizar lo que lleva acordado ese día y dar instrucciones a sus colaboradores. Hacer llamadas y conceder alguna entrevista. También tomarse un descanso breve. Un político cansado puede que no tome buenas decisiones. Hay que analizar algunas respuestas a los compromisos que ha adquirido en el día. No deje cabo sueltos. 

 

  1. Las dos de la tarde. Hay que comer temprano. Si puede, solo coma, no trabaje. Reflexione. No trate asuntos de política. Desocúpese pronto y siga con su trabajo. Sabrá que la agenda de un político nunca se detiene por sí sola. No hay tregua. Pero usted, en la hora de la comida, busque un espacio de soledad. Lo necesita. Nunca coma con gente que le estrese. 

 

  1. Las nueve de la noche. Usted seguramente ya está agotado, pero trate de dejar el menor número de pendientes para mañana. No decida cosas si no tiene toda la información, al menos, indispensable. Recorra mentalmente su día. Encontrará detalles que no advirtió pues estaba inmerso en la dinámica apresurada de los acontecimientos. La política está llena de pequeños detalles. Encuéntrelos. 

 

  1. La hora de dormir. En política el bien dormir es un lujo. Un lujo raro. Cada quien se duerme a la hora que puede. Los problemas nunca duermen y los enemigos tampoco. Pero no será el insomnio el que les haga frente. Duérmase lo más temprano posible. Un político que ha dormido bien, es un político despierto. Bueno, al menos en teoría.

 

Guadalupe Robles
Guadalupe Robles
Gerente de Relaciones Institucionales del Grupo Debate. Politólogo por la UAM. Doctor en Derecho de la Información. Profesor-Investigador. Lector disperso.

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