- Sepa escoger a sus colaboradores. El éxito o fracaso de un político son sus colaboradores. Escoger a los correctos es la primera gran decisión del político, pues debe equilibrar la amistad, los compromisos de grupo y la capacidad. Si no es capaz de armar un buen equipo, pondrá en duda ante la gente, sus demás capacidades. Un político es su equipo.
- Dé la cara por su equipo. Usted es el capitán del barco. Si usted quiere convertirse en un líder, entonces tiene que asumir la responsabilidad de los actos u omisiones de sus colaboradores. Ellos serán cuestionados, cometerán errores y evadirán problemas. Defiéndalos. No olvide que usted es el jefe y ante la opinión pública es el responsable. No puede evadir esa realidad. No puede asumir que es culpa de ellos y no su culpa. Póngase al frente.
- No exhiba a su equipo. Se está haciendo costumbre, que los políticos exhiban en público las ineficiencias de sus colaboradores, como si no los hubieran nombrados ellos. Si el político exhibe a su equipo por su ineficiencia, se está exhibiendo a sí mismo. Si el político da a entender que tiene malos colaboradores, lo menos que la gente pensará es que su gobierno es malo.
- No se queje tanto. Un líder político debe tener la piel dura ante las adversidades del gobierno. Usted mismo buscó el poder. Si usted siempre se queja de todo, manda un mal mensaje a su equipo. No lo verán como un líder fuerte, que inspira respeto. Deje la queja para la oposición, usted es el gobierno.
- Los errores de su equipo son sus errores. Usted no puede separar la suerte de su equipo con la suya. Por eso siempre tiene que estar muy atento y liderar el trabajo de sus colaboradores. Orientarlos. Dirigirlos. Si bien es cierto que cada quien tiene que pagar por sus errores, en política los errores de sus colaboradores son sus errores. Téngalo muy en cuenta.
- No haga tantos cambios en el equipo. Estar haciendo cambios a cada momento en su equipo, habla que usted no está haciendo las cosas bien. Que su gobierno no encuentra el rumbo ni el sosiego. Tantos y frecuentes cambios en el equipo de gobierno, da la imagen de un gobierno inestable. Un gobierno que no gobierna ni a su propio equipo.
- Cuide su oído. No sea presa fácil de las intrigas. Sobre todo, del pequeño grupo de aduladores que lo rodean. En muchas ocasiones le hacen ver una realidad falsa, que es la realidad convenenciera de ellos. Proteja a sus demás colaboradores de este pequeño grupo que se ha adueñado de usted. Que no sea el suyo, un oído frágil a las intrigas de ellos.
Siete consejos para tener un buen equipo en política
