domingo, noviembre 17, 2024
36.3 C
Asunción

Sentidos en Pandemia

Aquí no me refiero a direcciones a ningún lado sino al uso de nuestros cinco sentidos humanos para aprender y entender lo que vive o padece el país y mundo. Cada sentido tiene su función; ver, escuchar, sentir, oler que hoy día por este maldito virus dejan de funcionar o hasta desaparecen con la muerte ahogando a sus víctimas.

Es importante entender que así cómo existe tiempo para cuidarse o adquirir herramientas de cuidado sanitario cómo alcohol, tapabocas y todas herramientas que hacen parte de la armadura anti covid que de nuevo no significa algo cómo las vacunas si no existe conciencia social para mantener distancia y seguir aislados aunque aburra y genere incomodidad entre los miembros aislados de la casa, espacio donde podemos seguir usando nuestros sentidos al tener acceso a internet, libros, compañía virtual o real, aunque la primera compañía no sea exactamente cómo la segunda, es cosa de apelar a otro sentido que nos lleve a sentir más cerca al amigo o familia que este en este u otro continente del golpeado mundo que continúa en búsqueda del sentido que nos dirija a la efectiva y rápida inmunidad que necesita el ser humano para dejar ver el aumento de fallecidos o contaminados que en algunos países cómo el Paraguay por no tomar el buen sentido por y para la salud y/o procrastinar hizo una realidad llegar a superar el número de 5000 fallecidos que ahora hasta no pueden encontrar espacio para enterrar a sus seres queridos en cementerios saturados de personas que dejaron de existir por la grosera irresponsabilidad de nuestros gobernantes de quienes se espera que con lo que ganan estén rodeados de gente preparada del país o el mundo que les enseñen el uso y aplicación de sus sentidos para hacer llegará un destino sano a los ciudadanos algunos internados en sus habitaciones recostados otros en los pasillos de hospitales sentados en sus sillas conectados a una improvisada y descortés a la condición humana, esperando su correcta atención sin tener que esperar en un hospital cómo se espera la llegada de un transporte público que parece nunca llegará.

Es tiempo de usar además de los ojos, oído, gusto y sentido para el entretenimiento que en pandemia debió haber terminado en la agenda de actividades humana para hacer posible el arribo a un estado de seguridad, calma y confianza social sin llegar de vuelta a manifestaciones vistas y conocidas en Colombia a sus gobernantes por haber movido el volante del vehículo gubernamental a un sentido con baches y muchos riesgos en su tránsito transcurrido no solo por portadores del covid sino de aquellos inconscientes que por haber abusado de bebidas peligrosas no solo ponen en riesgo sus vidas sino de las personas que siguen viajando correctamente con sentidos enfocados en el objetivo de seguir avanzando con salud y aprovechando la paz de su hogar para actividades sanas cómo la lectura, escritura, cocina, música u otro tipo de arte que se pueda realizar en el espacio del hogar sin interrumpir a los otros habitantes.

Dos de los sentidos que siguen siendo útiles para aprender, estudiar, ver y escuchar no son derecha ni izquierda sino la vista y escucha por donde puede entrar información para luego evaluarla y discutirla con otras personas, aun en pandemia se desarrollan eventos no solo en Paraguay sino en el mundo que entre bocinas, adelantos hasta en algunos casos feas embestidas por el surgimiento de vacunas su posición en el mercado y también valor que por falta de previsión no fueron adquiridas a tiempo dejando de lado la inmunidad del ciudadano para continuar viviendo normalmente fuera de su casa sino aislado de lo que pasa en su ciudad y hasta de su barrio, No debemos pensar que la pandemia y confinamiento son adelantadas vacaciones, porque desde el año pasado luego de haber terminado las vacaciones siguieron subiendo los casos de contaminados y muertos.

Este tiempo debe servir para aprovechar el confinamiento no para vivir cómo ermitaño o aislado de lo que ocurre afuera, es tiempo para aprovecharlo y hacer lo que pedían los padres en nuestras vacaciones infantiles; quedar dentro de la casa, leyendo y prepararse

Más del autor