En la legislatura anterior se estableció la Secretaría Nacional de Inteligencia, una especie de CIA que no ha cumplido la labor que se debiera, porque o no tuvieron la voluntad real de que eso funcionara, o no conviene a varios sectores que tienen que ver con los hechos que ponen en riesgo la seguridad del país en su conjunto. Lo concreto y cierto es que tenemos una Secretaría Nacional de Inteligencia de membrete, que no funciona, que se parece a la misma estructura del Ferrocarril Carlos Antonio López, que no tiene trenes, que no tiene vías, no tiene pasajeros, no tiene carga, pero si tiene una burocracia que hay que alimentar mensualmente aunque no haga absolutamente nada.
La Secretaría Nacional de Inteligencia es una cosa parecida, no tiene leña, no tiene motorman, no tiene vagones, no tiene vías, no tiene destino, no tiene puertos, no se sabe a dónde va a llegar ni qué es lo que se pretende.
Este es un momento en el que comienzan a perfilarse varias líneas de investigación en el caso del asesinato del fiscal Pecci, y muchos de esos lazos están relacionados a cuestiones que afectan nuestra soberanía, y en donde la inteligencia de esta Secretaría tendría que dar aportes realmente fundamentales para conocer cuán riesgosa se encuentra la República del Paraguay ante circunstancias del crimen transnacional.
Todo esto tendría que ser el aporte de esta institución, que tiene -vuelvo a decir- mucho de membrete, pero nada de contenido.
