Enero con sus 31 días marca el inicio de un nuevo año, para muchos este comienzo representa descanso, vacaciones, relax, para otros es otro mes más de arduo trabajo intentando siempre llevar el sostén diario para el hogar. Periodo que pone a prueba la capacidad de educación financiera de muchos.
“Ipuku” o “Hendy” enero es una frase que causa furor en la opinión popular. Para el trabajador común éste es un mes en el cual el salario pareciera no alcanzar (aunque esto de que el salario rinde cada vez menos sin importar que mes del año sea), es entonces donde me hago la pregunta… ¿a quienes les resulta largo enero?
En nuestro país la gente bien posicionada dentro del estado y afines utiliza enero para su descanso por lo cual enero les parece un mes corto o al menos no les parece tan largo como nos parece a los “comunes”. A lo que voy es… ¿nos parece justo que la gran mayoría de las personas que “trabajan para el país” estén descansando y disfrutando del fruto de nuestro sudor y trabajo?
Doy un ejemplo, el personal de blanco se vio obligado, en muchísimos casos, por esta pandemia a no usufructuar su derecho al descanso por la falta de planificación. Semejante responsabilidad no compete solo al médico que trata de contener la perdida de vidas, sino al ciudadano que DEBE evitar una exposición colaborando con lo que le corresponde que es acatar todos los protocolos que impone este gobierno.
Entonces, ¿Por qué algunos no pueden gozar de sus vacaciones y por que nuestros políticos que trabajan mucho menos y ganan muchísimo más lo pueden hacer? ¿No sería justo que ellos tampoco salgan de vacaciones hasta limpiar y erradicar la corrupción dentro del gobierno?
La justicia social es lo que nos falta desarrollar para q la economía crezca. Solo así lograremos generar un estado de felicidad que facilite un ambiente de bienestar generalizado que nos ayude a no solo crecer, si no a ganar conciencia, que nos evite las injusticias de privilegios selectivos.
