COMENTARIO 3X3
Los cambios en materia política a nivel mundial comienzan a ser percibidos a nivel global, y esto también lleva a la discusión en torno a las responsabilidades de los presidentes una vez que hayan dejado el cargo.
Donald Trump, que ha sido derrotado en los comicios del 3 de noviembre pasado, se va a enfrentar a un nuevo juicio político, un caso singular. Le hacen el juicio político a alguien que dejó el cargo porque la Cámara de Representantes (la de Diputados para nosotros) pasó el juicio político antes de que concluyera Trump.
Los senadores tendrán que tener una buena cantidad de votos para sancionar probablemente con el cargo más importante para él: no ser candidato para ningún puesto público desde ese momento.
Va a ser también una prueba para los republicanos, en especial cuántos de ellos apoyan el modelo de gestión de Trump y cuántos de ellos están todavía prendidos a la posibilidad de que el exmandatario vuelva a ser candidato presidencial dentro de cuatro años.
Una dura prueba para los términos legales, porque esta es la primera vez que hacen un juicio político a alguien que dejó el cargo. Para los que sostienen que eso es correcto afirman que las responsabilidades también pueden ser ulteriores y alguien debe tener que pagar y ser sancionado por aquello que hizo mal, especialmente el aliento a sus seguidores a atacar el Capitolio este 6 de enero pasado.
Interesantes perspectivas nuevas en torno a cuestiones que tienen que ver con las responsabilidades, con los delirios y con las sanciones a los megalómanos.