Juan Torres
Si bien se viene hablando desde el primer año de gobierno que Mario Abdo Benítez haría una «sacudida» importante en su gabinete, nunca ocurrió. Ningún funcionario de alto nivel fue removido, todos renunciaron, en la mayoría de los casos, por escándalos de corrupción.
Eso reforzó la idea de que el presidente no tiene el carácter suficiente para encarar a funcionarios cuestionados o de pobre gestión y echarlos, una actitud más parecida a la de cómplices en la secundaria antes que la de un mandatario.
Esta vez, sin embargo, parece que los rumores van en serio.
Fuentes confiables y con las que pude intercambiar y chequear datos hablan de importantes cambios en las piezas del Gobierno. Al actual director paraguayo de Itaipú, Ernst Bergen, le habrían ofrecido el Ministerio de Hacienda, algo que condicionó solicitando un corte administrativo, previo informe de la Contraloría.
A Nicanor Duarte Frutos le habrían ofrecido «la fruta más deseada»: Itaipú. Pero el «padre» político del presidente y su exjefe de campaña, José Alberto Alderete, se habría opuesto.
Sobre Benigno López hace bastante circula la información de que tiene ganas de volver a los EE.UU. y por esa razón podrían ofrecerle una salida glamorosa: una de las vicepresidencias del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). El Viceministro de Administración Financiera, Oscar Llamosas, podría interinar en el cargo vacante.
El dato más sorpresivo sería la vuelta de Luis Castiglioni, a quien Marito tuvo que «soltarle la mano» con mucho dolor, en los días del escándalo por Itaipú. Podría desembarcar en el Ministerio de Industria y Comercio. Esto permitiría que Arnaldo Franco, exsecretario privado de Horacio Cartes, vuelva a jurar como Senador.
Finalmente, Federico González dejaría el Palacio de López para asumir como Canciller, completando los cambios.