jueves, noviembre 13

Rodrigo Paz asume la presidencia de Bolivia ante una crisis económica y energética

La reciente elección de Rodrigo Paz como presidente de Bolivia marca el final de un ciclo histórico dominado por el MAS y abre un período de transición política y económica en el país. Según el expresidente Carlos Mesa, en entrevista realizada en Radio Libre, la gestión anterior, tanto de Evo Morales como de Luis Arce, dejó una crisis económica profunda, caracterizada por la escasez de combustibles, falta de dólares, colapso de la producción de gas y petróleo, inflación y restricciones financieras para los ciudadanos.

Mesa explica que la nacionalización implementada por Morales y el alto impuesto del 82% a los productores de petróleo y gas desincentivaron la inversión en exploración, provocando una caída significativa en la producción interna de combustibles y el colapso del abastecimiento en las estaciones de servicio. Esto obligará al gobierno de Paz a gestionar importaciones inmediatas y a incentivar la inversión para recuperar la producción local, un proceso que podría tardar entre uno y dos años para alcanzar niveles de autoabastecimiento y exportación.

El expresidente destaca que Rodrigo Paz representa una opción de centro, con un enfoque de conciliación regional y social, que busca cerrar las brechas creadas por dos décadas de gobierno del MAS. Su victoria se explica en parte por un discurso de “capitalismo popular” que logró captar el apoyo de sectores que antes respaldaban a Morales y Arce, incluyendo regiones indígenas y urbanas.

Mesa también señala que Paz deberá priorizar la recuperación económica antes de abordar reformas estructurales como cambios constitucionales o judiciales. En cuanto a la política exterior, se espera un distanciamiento pragmático de aliados tradicionales del MAS como Irán, Cuba y Venezuela, y la reanudación de relaciones plenas con Estados Unidos.

El MAS sufrió una implosión histórica en las urnas: de un 64% en 2009, sus fuerzas políticas cayeron al 11% en la última elección, evidenciando un rechazo popular a la hiperideologización y a la gestión económica de los últimos 20 años. Paz asume el desafío de reconstruir la institucionalidad, reactivar la economía y garantizar el abastecimiento de bienes esenciales para la población, mientras busca la reconciliación social y regional en Bolivia.